Page 185 - 100 años en femenino
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  su componente tecnológico, entonces todavía se considera- ba poco afín a las mujeres, a pesar de la ya asentada solvencia de fotógrafas profesionales como Colita.
Se trata de una generación que todavía ha de pagar su lugar conquistado en el sistema del arte minimizando el evidente sesgo de género que tiene su trabajo. A través de las entre- vistas que conceden entonces, se manifiesta una actitud defensiva, muy semejante a la de las artistas de la década de los cincuenta en los países anglosajones, rechazando cual- quier interpretación de su obra desde una perspectiva de género. Lo que denota las consecuencias de la disociación entre las propuestas artísticas y un auténtico movimiento feminista en las artes visuales en nuestro país en la década anterior. Las artistas que descollan continúan en un siste- ma del arte masculinizado, incapaz de asimilar las promo- ciones de licenciadas en Bellas Artes, mayoría desde los años sesenta y que ya rozan el 60 %, e inmune ante el hecho de que cada vez más mujeres ocupen cargos de dirección en instituciones públicas.14 En la primera edición de ARCO en 1982, solo hay obra de un 4 % de artistas mujeres, suman- do españolas y extranjeras. Una discriminación sexista que refrendan las exposiciones colectivas institucionales, ya sean retrospectivas del siglo xx o bien panoramas de la actualidad artística, en las que se evidencia la doble vara de medir la valía de los artistas dependiendo de su sexo, ya que ellas solo alcanzan niveles de reconocimiento gracias a trayectorias que, en general, superan ampliamente a las de sus compañeros. Tampoco la política institucional, bienin- tencionada pero muy torpe, de presentar «exposiciones de mujeres», sin otro argumento que la pertenencia al géne- ro femenino, propicia su promoción, desactivando además cualquier aproximación crítica a los fundamentos patriar- cales del sistema artístico.15 Como nota positiva, en cambio, es preciso mencionar que es durante esta década cuando, por fin, la investigación universitaria comienza a ocuparse de la mujer en la historia del arte.16
También a partir de la década de los ochenta comienza a des- pegar la segunda generación de arquitectas. En 1978 la pre- sencia de mujeres alcanza el 15 % del alumnado de primer año en la Escuela de Arquitectura de Madrid. En Cataluña surge una generación que se esfuerza por abrirse camino y que ha realizado una obra destacable, como Anna Bofill, Maria Assumpció Alonso de Medina, el equipo de Sílvia Farriol
186—Rocío de la Villa Artistas y arquitectas españolas entre los feminismos, desde 1900 a hoy































































































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