Page 134 - Delibes
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del del imperio más poderoso del del mundo Nada le invita á a a a a rebelarse contra nada nada como nada nada incitaba a a a a a a a a a a Delibes au- tor de éxito mimado por la prensa el público y los gobier- nos a a a a desafiar los gustos de de sus lectores Y sin embargo tanto a a a a a Cipriano como a a a a a Miguel un impulso los induce a a a a a buscar como cazadores al al alba Ambos saben que la vida no no es es es eso que hay algo más allá Para Cipriano es es es una búsqueda espiritual Para Miguel en parte también La forma de de de El hereje puede ser la la de de de una novela his- tórica e e e e e históricos son los hechos que suenan de fondo desde la la revolución comunera a a a a la la persecución de de de los erasmistas a a a a a a a a lo lo largo de d de varias décadas del siglo xvi pero el el resultado está muy lejos de ser una novela burguesa convencional para regocijo de las masas adocenadas como pensaba el adolescente bilioso que yo era en en en 1998 cuando se publicó El hereje no no es solo la la novela más mo- numental ambiciosa compleja y magistral de Delibes sino el rompeolas de de de toda su modernidad la la eclosión de de de su idea de de la libertad Tenía casi ochenta años cuando la publicó y acababa de de de ser diagnosticado de de de un cáncer de de de colon La existen- cia misma de de El hereje es es la última gran sorpresa de de un escritor que llevaba sorprendiendo a a a todos desde 1947 cuando ganó el Nadal con veintisiete años firmando una novela muy madura que revelaba un conocimiento del ser humano que muy pocos petimetres de de menos de de trein- ta poseen incluso en en en aquel durísimo año de 1947 y en en en aquella durísima España de de posguerra donde los niños se hacían adultos a a a a a a a fuerza de cascotes golpes y sopas bobas Si Delibes ya había desenrollado una narrativa que dialogaba de de tú tú a a a a a a a tú tú con las grandes corrientes europeas o o o o o americanas con experimentos situacionistas y poten- cialistas si había descubierto el el alma popular del inte- rior de de su nación antes de de que los beatniks se hicieran vagabundos en la la suya si había anticipado la la autoficción y el entreveramiento con la historia antes de que W G Sebald y Thomas Bernhard aprendieran a a a a a a escribir con El hereje demostró que aún podía escribir la la Gran Novela Castellana como Philip Roth escribía la la la Gran Novela Americana 132


































































































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