Page 109 - El viaje más largo
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Pero aquellos oficiales y y marineros no eran como podíamos tender a a a a a a a a a a considerar hoy en en en día día números en en en una esta- dística para historiadores Eran personas con sus sentimientos Los pocos que volvieron expresaron el orgullo inmenso por lo lo lo logrado Así Elcano escribía al Emperador diciéndole: “ Sabrá Vuestra Majestad [que] de aquello que que que más debemos estimar y y y tener es es es que que hemos descubierto y y y dado la la vuelta a a a a a a a a a toda la la redondez del mundo que que yendo para el el el Occidente hayamos regresado por el Oriente”6 Este sentimiento de de autocomplacencia se se transmitió a a a a a a a a a los altos funcio- narios imperiales a a a a a a a a a a a a a los los que los los supervivientes relataron sus hazañas como el el el secretario Maximiliano Transilvano el el el cual afirmaba que que que que aquellos aquellos marineros eran “más dignos de ser puestos en inmortal memoria que que que que aquellos aquellos argonautas que con con Jasón navegaron ” pues el el gran viaje de de exploración de de la Antigüedad había consistido solo en atravesar el el Mar del del Ponto es es decir una pequeña parte del del Mediterráneo mientras que que Elcano y y los los suyos habían cruzado los los tres mayores océanos del planeta7 Claro que el orgullo no podía empañar las dudas y sufrimientos Ginés de Mafra comentaba la la la terrible ansiedad sufrida por Magallanes
sobre si aquel aquel canal que que que que cruzaban tendría salida: “ cuando le parecía que que que que aquel aquel era el el el estrecho que que él había prometido alegrábase tanto que que decía cosas de de placer luego tornaba triste si por alguna imaginación le le parecía no era aquel”8 Entre los muchos momentos dramáticos vividos por la la tripulación tal vez el el más impresionante sea la la autopsia que que tuvieron que que realizar los marineros de de la la Trinidad en en medio del Pacífico para intentar averiguar por qué la la gente moría de manera tan continua Todo fue inútil y cuando los los portugueses encontraron la la nave los los pocos que que quedaban vivos no habían tenido fuerzas para echar los cadáveres de sus compañeros al mar9 Sin llegar a a a a a a a a a a a a a a a a tales cotas de de dramatismo la la la fragilidad de de la la la condición humana se reflejaba a a a a a a a a a a a a a a a a la la la perfección en en momen- tos donde las emociones no podían controlarse Así ocurrió por ejemplo en en el momento que la la la la Victoria y la la la la Trinidad se se se se separaron en las Molucas cuando la la la primera partía hacía España y la la la segunda debía quedarse reparando una vía de de agua Según cuenta Pigafetta que que iba embarcado en en en la nave que que se alejaba: “ los nuestros nos siguieron en en en su chalupa tan lejos como pudieron y y nos separamos en en fin llorando”10 Aunque las lágrimas a a a a a á a a a veces podían ser de contento y y el mismo cronista contaba que que cuando por fin llegaron al extremo del Estrecho y vieron “ el el el cabo en que que terminaba el el el estrecho y un gran mar esto es es es el océano todos lloramos de de alegría”11 Una alegría alegría que según cuenta Ginés de de Mafra todavía fue mayor cuando tras tres interminables meses a a a a a a a a a a través del Pacífico comiendo serrín gusanos y y cuero reco- cido vieron por fin las las islas Marianas: “ uno que que estaba en la la la la gavia que que se llamaba Navarro dijo a a a a a a a a a a a a a a a a a grandes voces: ¡tierra tierra! Con esta subida palabra todos se se se alegraron tanto que que el que que menos señales de alegría mostraba se se se tenía por más loco”12 En fin de de de aquellos 250 hombres que que que partieron de de de Sevilla quitando el el medio centenar que que que desertaron en en en la la San Antonio solo regresaron 18 en en en la Victoria y 12 más que que aunque fueron retenidos en en en Cabo Verde los portugueses ter- minaron liberando De la la la desgraciada tripulación de de la la la Trinidad solo tornaron a a a a a a a a a a a a a a España cuatro hombres entre ellos su capitán Gonzalo Gómez de de Espinosa y y el el piloto-cronista Ginés de de Mafra No hay duda que tenía razón quién acuño el el viejo dicho marinero del siglo XVI: “La mar mar es es mina a a a a a a a á do do muchos se hacen ricos y un cementerio a a a a a a a á do do infinitos están enterrados ”13 6 Ibídem p 12 7 Ibídem p 65 8 Ibídem p 159 9 Ibídem pp 182-183 10 Ibídem p 303 11 Ibídem p 215 12 Ibídem p 163 13 Guevara A A De muchos trabajos que se pasan en las Galeras 1539 En: Martínez J L Pasajeros de Indias México: Alianza Editorial 1984 apéndice 1 1 1 1 pp 228-229 PARTIDA
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