Page 164 - Fernando Sinaga. Ideas K
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simpatía que hace del comercial un espíritu engañoso, pues su poder sólo se hará visible cuando la vida quede absolutamente invadida de mercaderes y ya no dispongamos de ningún Nazareno dispuesto a sacarlos a latigazos y a desvelar finalmente la vida real olvidada.
En un mundo sin convicciones políticas, sin ideologías, ni creen- cias, el ciudadano-consumidor es pato a la naranja para el capital. Take Brasil Easy, disfruta, chico, y descansa en los sillones de relajación de Toyo Ito. ¡Que sufran los perdedores!
Forzar a la riqueza al reparto es hoy una revolución fracasada. Tan sólo nos queda predicar la compasión hacia los débiles, la lucha activa de nuestras actitudes personales y una no participación en un mundo de esas características. Contra la riqueza de unos pocos sólo es posible la redistribución compasiva de la misma y el reparto del trabajo entre los demás. Pero sin esta modificación ética substancial y un cambio en nuestro comportamiento, no será posible salir de ese marasmo en el que nos movemos. Es impres- cindible un nuevo enfoque, pues no ver que la pobreza en el mundo es el permanente testigo de nuestra infamia y que la injus- ticia la estamos estableciendo como un defecto menor del sistema, es seguir colaborando con el estado de las cosas.
Un mundo donde el que no es un pragmático, es un profeta o
un predicador molesto de catástrofes imaginarias. Pero aunque sabemos que nuestro sistema no puede sostener un modelo de desarrollo como el actual, damos la espalda a la evidencia y votamos al candidato que proponen las empresas. La visión de
la vida como una mercancía ha deshumanizado la existencia, siendo éste el colofón final de la vida utilitarista y la sustitución fundamental de cualquier relación por transacción, y del vínculo por el uso del otro. Una nada significativa que se ha legitimado. Un trueque generalizado que nos ha hecho saldos de una rebaja, captadores del cliente, buscadores de oro y traficantes de esclavos de un mundo laboral en precario.
Hoy, la mirada del otro esta mediatizada por el uso y la utilidad. Todo es un truco para apoderarse de la pasta y la desideologiza-
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