Page 21 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
P. 21

padre, Esteban Azaña Catarineu, también alcalde de Alcalá, que quebró la tradición familiar de dedicarse a la notaría, le cabe el honor de haber inau- gurado durante su mandado la estatua de Cervantes que hoy preside la plaza Mayor de la localidad, y de haber concluido una Historia de la ciudad de Alcalá de Henares. Pronto quedó huérfano de madre y, en breve tiempo, morirían también el padre, el abuelo y su hermano menor. El pequeño Manuel quedó al cuidado de la abuela, Concepción Catarineu, y fue ella quien tomó la decisión de enviarle al Colegio de Estudios Superiores de los padres agustinos de El Escorial, donde ingresó como becario en 1893, tras finalizar los secundarios en el Colegio Complutense de Alcalá y obtener el título de bachiller en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid1. En 1898 aprobó la licenciatura en Derecho en la Universidad de Zaragoza y en 1900 presentó en la Universidad de Madrid su tesis doctoral: La responsabilidad de las multitudes.
Además de un político de raza con vocación de estadista, Azaña fue un intelectual que no desmereció entre los miembros de su generación, la del 14, y que cultivó casi todos los géneros. Escribió novela, drama, cróni- ca literaria, artículos de prensa... Hablaba bien francés e inglés, pero tam- bién tenía conocimientos de italiano y alemán, lo que le permitió ejercer como novelista, dramaturgo, ensayista, traductor, corresponsal de guerra y crítico literario. Lector empedernido desde la infancia, conocedor en la juventud de la literatura europea y americana de su época, no solo fundó tempranamente revistas como Brisas del Henares o La Avispa, sino que co- laboró en otras como Gente Vieja, y creó, junto con su gran amigo y luego cuñado, Cipriano de Rivas Cherif, La Pluma, que gestaban íntegramente entre ambos. También dirigió la prestigiosa revista España y escribió en periódicos españoles y extranjeros, codeándose con lo mejor de la intelec- tualidad del momento. En 1926 obtuvo el Premio Nacional de Literatura por su Vida de don Juan Valera.
Aunque la quiebra de la economía familiar le impone la necesidad de encon- trar un medio de vida y en 1910, tras ganar las oposiciones, ingresa como funcionario en la Dirección General de los Registros y del Notariado, nunca abandona su vocación intelectual. En 1911 obtiene una beca de la Junta de Ampliación de Estudios, con la que viaja a París. Aprovechará para adentrar- se en la cultura francesa y para estudiar la experiencia de la Tercera República, que tanto influirá en su acción política posterior. En 1913 es elegido secreta- rio del Ateneo de Madrid, cargo que desempeñará hasta 1920 (diez años después será elegido presidente). El Ateneo será importante en la vida de Azaña y Azaña en la del Ateneo. Allí se dará a conocer públicamente como brillante orador y no menos brillante gestor. A Azaña se debe el Informe sobre la deuda hipotecaria del Ateneo de Madrid (1913), que solucionó los problemas económicos de la institución y aseguró su supervivencia2. Al frente de una delegación del Ateneo viajó por primera vez al frente de combate de la Gran Guerra, en octubre de 1916, hizo otras dos visitas al
1 El expediente de Manuel Azaña y su título de bachiller, incluidos en la Exposición, se conservan en el Archivo Histórico Nacional (AHN). Signatura: UNIVERSIDADES, 7165, exp.23.
2 Azaña, Manuel, Informe sobre la deuda hipotecaria del Ateneo de Madrid, Madrid, Imp. de la suc. de. M. Mi- nuesa de los Ríos, 1913.
20 ángeles egido león y jesús cañete ochoa





























































































   19   20   21   22   23