Page 356 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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Manuel Azaña
Telegrama remitido al presidente de las Cortes, Diego Martínez Barrio, anunciándole su dimisión de
la presidencia de la República Collonges-sous-Salève, 27 de febrero de 1939
Ministerio de Cultura y Deporte. Archivo Histórico Nacional DIVERSOS-MARTÍNEZ_ BARRIO, 26, Exp. 111, n.2, 3b
 7 Ibídem, pp. 33-39.
dillo. Sorprendentemente, las diferencias entre ambos, a nivel personal y como representantes simbólicos de las dos Españas, no se manifiestan abier- tamente en sus relaciones anteriores al 18 de julio de 1936. No obstante, Franco, que pocas veces olvidaba una ofensa, nunca perdonó a Azaña varios aspectos de sus reformas militares. La conversión de las ocho regiones mi- litares históricas en “divisiones orgánicas” bajo el mando de un general de división eliminó los rangos de teniente y capitán general. Esto frustró la posibilidad de Franco de alcanzarlos. Le enfureció igualmente el decreto de Azaña de 3 de junio de 1931 para la denominada “revisión de ascensos”, por el que se volvían a examinar algunas de las promociones por mérito durante la campaña de Marruecos. Franco, que había ascendido a general de brigada como consecuencia de una promoción por méritos de guerra concedida por el general Primo de Rivera, se enfrentaba a la amenaza de verse degradado a coronel. Teniendo en cuenta que la comisión encargada de la revisión no comunicaría su informe hasta más de dieciocho meses después, en el mejor de los casos suponía una causa de irritación, en el peor, una ansiedad persistente para él. De igual modo, Franco sentía un rencor latente por la orden de Azaña de 30 de junio de 1931 por la que se disolvía la Academia General Militar de Zaragoza. Había sido su director desde su inauguración en 1927 y se sentía orgulloso y feliz en su puesto. La primera noticia del cierre de la Academia le causó consternación. El general Sanjur- jo le comentó a Azaña que Franco era “como un chico a quien le quitan un juguete”. Su discurso de despedida a los cadetes, tras el que lloró, fue tan hostil que le valió una amonestación7.
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