Page 170 - I estoria-ta: Guam, las MarianasI estoria-ta: Guam, las MarianasI estoria-ta: Guam, las Marianas y la cultura chamorra
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antes y el después, para marcar acontecimientos catas- tróficos y transformadores, que es como los conoce- mos ahora, comenzó con la parada de Magallanes en la isla en 1521. Aunque esta fecha marca el ahora quinto centenario de la circunnavegación de la Tierra por Ma- gallanes y su flota, sin duda una monumental hazaña, también constituye el comienzo del fin de un bucólico modo de vida para los habitantes nativos de Guam y de las islas del norte del archipiélago.
3. Antis...
Volvamos por un momento al año 1521, hace quinien- tos años. Seguramente fuera un nítido día de sol, con la brisa típica de los días de marzo. El agua del océano brilla en la distancia, y unas nubes blancas y esponjosas se reparten desperdigadas por el cielo azul. Los hermo- sos guåsale’ de cuatro pétalos revisten la silueta de los acantilados de caliza que bordean imponentes la orilla, testimonios de los orígenes volcánicos de la isla más grande de la cadena de Laguas y Gåni. Aves de increíble belleza y cantos armoniosos, con nombres tan evoca- dores como pulattat, åga, fåhang, égigi, chuchurika o sihek Guåhan, alegran el ambiente con sonidos que ahora solo podemos imaginar. El mar, virgen e impo- luto, rebosa peces y otras criaturas acuáticas. No hay mosquitos ni serpientes arbóreas marrones, plagas que llegarían a bordo de navíos procedentes de muy lejos. Esta sosegada e idílica escena de nuestro pasado evoca un paraíso que, a lo largo de nuestras vidas, logramos entrever en esos momentos sagrados en que nos dete- nemos a contemplar la belleza de nuestra patria insular.
En la época en que Magallanes surcaba los ma- res a lo largo y ancho del mundo, los taotao tåno’ del siglo xvi eran robustos y gozaban de buena salud. Conocían bien el arte de la navegación tradicional, la construcción de embarcaciones para la navegación en el mar, la pesca de peces pelágicos, de arrecife y coste- ros, la tecnología lítica, la cerámica, la talla, la cestería y el cultivo de arroz. ¿Cómo lo sabemos? Los taotao lågu, o viajeros de Occidente, con frecuencia describían así a los taotao tåno’ en sus crónicas.
Estos primeros registros escritos sobre los cons- tructores de los conjuntos de piedras latte describían también un orden social basado en un sistema de cas- tas en tres niveles compuesto por los mataó (må’gas taotao), los atcha’ot y los manåchang. No es desca- bellado imaginar que la mayoría de los mataó segura- mente vieran el concepto cristiano de igualdad a los
Figura 89: Azuela de piedra, higam o gachai (900-1695). Depósito del Museo Arqueológico Nacional en el MNA: DE275. Fotografía: Javier Rodríguez Barrera.
Figura 90: Abanico, gueha (1886-1887). Colección del MNA: CE2137. Fotografía: Javier Rodríguez Barrera.
ojos de Dios como una creencia amenazadora. Ser aglutinados en una única categoría, sin reparar en el orden social hasta entonces bien custodiado, podría haber servido para echar más leña al fuego entre los maga’håga y los maga’låhi de la época. El sistema de parentesco matrilineal y la posición que ocupaban las mujeres en sus clanes fueron pasados por alto, lo que debió de resultar devastador y humillante.
Los primeros cronistas describieron algunos ritua- les en los que se contaban historias. Tal y como ocurrió con las tradiciones orales de las naciones originarias de todo el mundo, las danzas y los cánticos conmemo- raban valores y contaban el viaje de nuestro pueblo. La plasmación de estas historias en papel ha sido un fenómeno muy reciente. La manera de educar a los jó- venes que se practicaba en el siglo xvi, la de las casas guma uritao/ulitao, causó un gran revuelo entre los primeros observadores europeos, a quienes se les an- tojaba como una práctica diametralmente opuesta a las buenas costumbres que imperaban en sus sociedades.
3 TULU. LAS MARIANAS HOY: PATRIMONIO E IDENTIDAD
























































































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