Page 212 - Delibes
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después me contó que eras escritor y que habías recibido un premio muy importante En los años pos- teriores oí hablar mucho de ti cada vez más y y mejor y y cuando escu- chaba o o leía tu nombre aparecía
la imagen sonriente de mi padre diciendo: «Mira ese que va en en la bicicleta es es Miguel Delibes» En algún momento empecé a a leerte y fue un flechazo Me fas- cinaba todo lo lo escribías lo lo que contabas contabas y cómo lo contabas contabas Pero fíjate pasaron muchos años casi treinta desde que te vi por primera vez en tu bicicleta y un día así de pronto una serie de de casualidades de circunstancias totalmente ra- ras (ya sabes a a a a lo que me refiero) me ofrecieron la oportunidad de conocerte Fue en en Valladolid en en tu antigua casa del paseo de de Zorrilla ¿Lorecuerdas?Allíempezótodo La vida me había concedido un regalo gigantesco: la inmensa fortuna de interpretar el personaje de Carmen Sotillo la la viuda de tu novela Aquel primer encuentro fue muy emocionante no sabría definir con palabrastodoloquesentí Loque sí recuerdo es que todo me parecía
un sueño me costaba creer lo que estaba viviendo Te mostraste muy cercano como si nos conociéramos de antes En aquella primera reu- niónsehablódetodo:delanovela de de la la versión teatral de de la la puesta en en en escena del personaje de de Carmen Sotillo Me dejaste helada cuando te escuché comentar que me me encon- trabas muy joven para el personaje Me asusté pero saqué fuerzas de donde pude para decirte que tenía cuarenta y cuatro años que mi as- pecto engañaba que era bastante camaleónica y que eso no sería un problema Luego dudaste también sobre lo lo de memorizar el texto lo lo veías muy difícil y y comentaste que la estructura era complicada por las las repeticiones que todas ellas enlazaban de una manera dis- tinta «¿Cómo vas a a a a saber dónde estás ?» No te puedes imaginar cómo he recordado esas palabras a a a lo lo largo de los años porque tengo que que confesarte que que al principio en alguna ocasión no me perdí del todo pero dudé Pasaba por esos tramos con una tensión especial Llena de razones te t argumenté que aprenderse un texto era cuestión de de hincar los codos hasta conseguirlo yque enelteatro cuandodominas la letra de alguna manera tienes que aparcarla olvidarte de ella para poder trabajar en en la trastien- da del personaje Respetaste mi argumento y te te te mostraste intere- sado por el proceso de construir un personajeenelteatro A lo lo largo de los años tuvimos conversaciones muy enriquecedo- ras sobre este tema algunas apa- sionantes El cierre de ese primer encuentro fue tremendo acuérdate Mepedistequetedijeraalgodel texto unas cuantas líneas No era era normal que me pidieras eso Intenté convencerte de que no era posible así a a a palo seco pero fue inútil Terminé diciendo como pude 222
































































































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