Page 81 - Delibes
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Miguel Delibes principios de la década d de 1960 Esta captación del lenguaje lenguaje campesino —«lenguaje ru- ral» lo lo llamaba Delibes para diferenciarlo del «popular»— que puede verse también en las pocas pero sabias palabras del señor Cayo tiene su correlato e en en las las novelas cuyo es- cenario es es es la la ciudad Las criadas de de Delibes la la Desi de de La La hoja roja o o o o o o o la la Domi y la la Vítora de de El príncipe destronado —novelas en las las que se adivina Valladolid como telón de fondo— son son personajes caracterizados lingüísticamente de manera ejemplar Con todo es en Cinco horas con Mario la la más famosa de de sus novelas urbanas donde Delibes realiza un magnífico y sostenido ejercicio de de recreación del lenguaje coloquial de de una mujer de de clase media provinciana De la la atenta escucha de muchas conversaciones confesó el autor surgió este discurso que refleja cuáles eran a á a a a mediados de los los sesenta las las obsesiones y los los problemas de cierta clase social y las formulaciones lingüísticas de su experiencia Decía Delibes de de sí mismo que él era «un escritor de de oído» y y que los dichos populares las palabras y y sobre todo la la la la construcción de las frases se se le pegaban con con facilidad Con otra de sus atinadas expresiones referidas al novelista Um- bral llamó «ventriloquismo literario» a a a a a a a a a a la la fabulosa capacidad de Delibes para «poner voces» a a a a a sus personajes fueran niños de de pueblo criadas señoritas de de provincia o o o o o paletos castella- nos Así de de la la la misma forma que supo captar el habla de de la la la ciudad trató de llevar a a a a a a a a sus relatos la la la propiedad y la la la preci- sión con que los habitantes del campo nombran la realidad que les rodea Con estas palabras se lo lo explicaba a a a a a a a a Alonso
de los Ríos:
En mis novelas y relatos sobre Castilla lo único que pretendo es llamar a a a a a a las cosas por su nombre y saber el nombre de de las cosas Los que que suelen acusarme de de que que hay un exceso de literatura en mis novelas se equivocan y es es que rara vez se han acercado a a a a a a a los los pueblos [ ] Cuando yo escribo en mis libros aquel aquel cabezo o o o o o o o aquel aquel cotarro no signi- fican la misma cosa Esto es es lo lo que saben los hombres del pueblo pero no lo lo lo suelen saber los hombres de la ciudad El El cotarro el el el teso el el el cueto no son el el el cabezo cabezo El El cabezo cabezo es es sencillamente el el cueto el el cotarro la la colina que tiene una cresta de de de monte monte y monte monte de de de encina Esto puede parecer preciosismo pero es exactitud 































































































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