Page 99 - Glosario imposible
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En casi todos tus proyectos trabajas con un gran número de personas que determinan el resultado de los mismos a través de su colaboración en distintas fases del proceso. ¿Hasta qué punto todavía tiene importancia la figura del autor/artista?
En el marco de la exposición Ni arte ni educación (2015) realicé un proyecto titulado Murciélago. Cada miércoles a la misma hora nos reuníamos en una nave de Matadero Madrid para experimentar con
los límites y las posibilidades de nuestra voz y nuestra escucha. La idea era plantearlo no como un taller con formato de traspaso de conocimiento unidireccional, sino como una plataforma en la que yo prendiera la mecha pero donde al final los participantes, con sus individualidades y sus diferencias, pudiéramos expandir nuestro conocimiento y donde, a la vez, se generase una dinámica de grupo por la cual aprendiéramos los unos de los otros. De ahí que lo nombrase laboratorio de investigación vocal.
Ese planteamiento fue ciertamente utópico, pero siempre he tenido claro que no quería ser uno de esos artistas que ponen su firma sobre el lienzo, colocando la autoría en la cara más visible. También he soñado con derribar jerarquías, que todas las decisiones fuesen colectivas. Pero me he dado cuenta de que hace falta liderazgo para sacar adelante algo que en un contexto horizontal no logra prosperar. Por ejemplo, en Murciélago me
vi forzado a tomar cierto rol de líder porque, si no, aquello no avanzaba. Entonces decidí que debía ser yo, ya que al fin y al cabo había sido el iniciador del proceso: tenía algunas ideas de punto de partida más definidas y tenía mucha más experiencia que la mayoría de mis compañeros del grupo. Por eso no me parecía incoherente tomar las riendas de los acontecimientos (al menos en determinados momentos) para sugerir dinámicas, nombres, plantear reflexiones...
Tampoco hay que olvidar que este tipo de propuestas tienen un aspecto social en el cual coinciden personas que no se conocen de antemano. De modo que
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Autoría