Page 26 - Hispania nostra
P. 26
JOSÉ MARÍA BALLESTER
Los premios: estímulo y ejemplo, a la vez
Fue en 1978, cuando Europa Nostra los convocó por vez primera. La Federación no tenía todavía su envergadura actual. Se trataba de estimular los mejores ejemplos, tanto públicos como priva- dos, que acudieron a esta primera Convocatoria y a las que luego siguieron. El premio conce- dido a Covarrubias, entregado por Su Majestad la Reina Doña Sofía, que tuvo a bien desplazarse hasta la localidad burgalesa, alcanzó especial repercusión en España y en Europa. Se premiaba un conjunto histórico artístico donde no sólo
se habían restaurado los monumentos señe-
ros, sino el conjunto del caserío. Esto último por parte de sus propietarios particulares, muchos de ellos gracias a préstamos sin interés concedi- dos por el propio Ayuntamiento, bajo la dirección de la Dirección General de Arquitectura. Fue un excelente ejemplo de la acción y de la partici- pación privada que promovía Europa Nostra. Tanto que, muy pocos años después, cuando Marcelino Oreja, ex ministro de Asuntos Exterio- res, ocupó la Secretaría General del Consejo de Europa, quiso felicitar oficialmente la Navidad con el famoso tríptico de los Reyes Magos, que se conserva en su Colegiata.
Desde ese año, los premios no dejaron de convocarse ni de evolucionar. En los primeros tiempos, era la propia Junta Directiva quien los concedía. Al acceder al Consejo de Europa, a fina- les del año 1979, se me delegó la representación del Secretario General del Consejo de Europa
en esa Junta directiva y, como tal, participé los primeros años en la selección de los proyectos premiados. Lo hacía con voz, pero sin voto para mantener la imparcialidad del Consejo de Europa. Recuerdo con cariño y, ya, cierta nostalgia aque- llas reuniones, donde se colocaban en una mesa
central las candidaturas y los miembros de la Junta girábamos alrededor, para examinarlas, antes de comenzar la discusión —en ocasiones muy dura— y decidir quiénes serían los premia- dos. Se advertía ya la diversidad de los proyectos, en una Europa aún de geometría reducida y el interés progresivo que despertaban. Poco a poco, las candidaturas se convirtieron en los mejo-
res ejemplos de la evolución del concepto de Patrimonio. Irrumpieron las restauraciones del Patrimonio rural —a veces en monumentos muy modestos— y se fueron haciendo visibles las refe- rentes al Patrimonio industrial, al Patrimonio minero, a las obras públicas, a los paisajes cultu- rales, a la propia arquitectura contemporánea, que competían con grandes conjuntos monumen- tales, catedrales, palacios, castillos, estaciones ferroviarias y hasta hidropuertos históricos.
La fusión de Europa Nostra con el IBI, Instituto de Castillos Históricos en sus siglas alemanas de origen, aportó diferentes activida- des y, sobre todo, su válido y riguroso Comité Científico. Ya en el año 2002, como resultado de la incipiente colaboración de Europa Nostra con la Unión Europea, se fueron constituyendo los diferentes Jurados, especializados respectiva- mente en Restauración del Patrimonio, Paisaje, Arqueología y Objetos Decorativos; investigación —cuyo Jurado continúa siendo el antiguo Comité Científico del IBI—; especial dedicación al Patri- monio y sensibilización y pedagogía. Evolucionó la Convocatoria, para convertirse en Premios
de Patrimonio Cultural de la Unión Europea/ Concurso Europa Nostra. También evolucionaron las categorías de premios. De los diplomas origi- nales, —modestos, pero muy cotizados— se pasó a las medallas y, sin menoscabo de éstas ni de los diplomas, vinieron los Grandes Premios, dotados económicamente por la Unión Europea.
24 HISPANIA NOSTRA · 4O ANIVERSARIO