Page 253 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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política3 o como una más tradicional exégesis reflexiva sobre su “visión de España”4.
De las múltiples interpretaciones que la biografía y obra de Manuel Azaña han tenido a lo largo de las últimas décadas, tal vez haya sido su concep- ción nacional de España y su peculiar sentido del patriotismo lo que ma- yor grado de controversia ha levantado. Si para el franquismo Azaña per- sonificó la anti España, durante la transición, elementos señeros de la derecha conservadora trataron de dulcificar sus aristas para ellos más asu- mibles, si bien desde finales de los años 1990 retornó el flagelo sobre su acción política hasta alcanzar un desprecio visceral indisimulado5. El cen- tro liberal aprovechó su concepto del Estado unitario para respaldar un nuevo diseño de ordenación territorial que poco tenía que ver con el sus- tentado en la Segunda República6. La izquierda progresista fue la más empeñada en resucitar la talla estadista de Azaña7 hasta convertirlo en un símbolo de la España moderna, intelectual y plural; una reinterpretación que, como probara su principal biógrafo, entraba en contraste con la com- plejidad del personaje y su obra real8. Por supuesto, no ha faltado quien, desde un posicionamiento socialista, cuestionara la toma de decisiones azañista por el perjuicio que tuvo para la causa republicana y la propia autodefinición española9.
La patria de un antinacionalista
Azaña nunca escribió ni un sencillo artículo donde explicara su definición de nación, ni siquiera teorizó sobre lo que entendía como nacionalismo. Por el contrario, tanto en su pensamiento, reflejado en escritos (novelas, discursos, cartas), como en la acción política (del reformismo democrático al republicanismo gubernativo) abundan muestras sobradas para tratar de perfilar su conceptualización de la nación y del nacionalismo. Aunque la realización de esta labor debe llevarse a cabo prestando una especial aten- ción a dos aspectos imprescindibles: la evolución de su pensamiento polí- tico y la contextualización de los acontecimientos –nacionales y europeos– en los que se inserta ese pensamiento y, en consecuencia, su toma de decisión y actuación política.
Siguiendo ese esquema de trabajo pueden determinarse al menos cinco fases en su concepción de la nación. La primera se proyecta en sus años de formación, primero en la seguridad del hogar familiar en Alcalá de Henares y posteriormente en El Escorial; la segunda comienza con la inauguración del siglo xx, su traslado a Madrid y su ingreso en el Ateneo, alargándose hasta el fracaso de la experiencia revolucionaria de 1917 y el fin de la Gran Guerra; la tercera se prolonga durante todos los años veinte, hasta el fraca- so de adaptación monárquica tras el fin de la dictadura primorriverista; la cuarta fase es políticamente la más trascendente y, en consecuencia, la que mayor atención ha recibido, pues recoge la labor de Azaña como ministro
3 Juliá, Santos, “Las patrias de Manuel Azaña”, en Historia de la nación y del nacionalismo español, Madrid, Galaxia Gutenberg, 2013, pp. 651-672; Muela, Manuel, “El estadista. Azaña o la moder- nización de España”, en Egido León, Ángeles y Núñez Díaz-Balart, Mirta (eds.), El republicanismo español: raíces históricas y perspectivas de futuro, Madrid, Biblioteca Nueva, 2001, pp. 47-66.
4 Inman Fox, Edward, “Azaña, el 98 y el problema español”, Ínsula. Revista de Letras y Ciencias Humanas, núm. 526, 1990, pp. 11-12; Fusi, Juan Pa- blo, “Dos ideas de España. Ortega y Azaña”, Hermes. Revista de Pensamien- to e Historia, núm. 14, 2004, pp. 26- 31; Marco, José María, “El naciona- lismo español de Manuel Azaña”, Cuadernos de Pensamiento Político FAES, núm. 30, 2011, pp. 41-54.
5 “Escritor mediocre, pensador inexisten- te, político de triste destino”, así ha lle- gado a calificarlo Pedro González Cuevas, “El retorno de Manuel Azaña”, OK Diario, 13 de agosto de 2019 (https:// okdiario.com/opinion/retorno-manuel- azana-4431348), y José María Marco tituló a su biografía sobre Azaña El fondo de la nada, BibliotecaOnline, 1.a edi- ción, 1 de abril de 2013. Esta línea in- terpretativa proviene desde el tiempo de la misma República; Ernesto Giménez Caballero sentó las bases de la leyenda negra de Manuel Azaña en su Manuel Azaña (profecías españolas), Madrid, Ediciones de “La Gaceta Literaria”, 1932.
6 Véase la laudatoria apelación al antece- dente azañista de “Estado integral” que realiza el que fuera ministro adjunto para las Regiones (además de ministro de Cultura) Manuel Clavero Aréva- lo, España, desde el centralismo a las autonomías, Barcelona, Planeta, 1983.
7 Alted Vigil, Alicia, Egido León, Án- geles y Mancebo Alonso, M.a Fer- nanda (eds.), Manuel Azaña: Pensa- miento y acción, Madrid, Alianza, 1996.
8 Juliá Díaz, Santos, “Manuel Azaña: siete estereotipos”, Claves de Razón Práctica, núm. 180, 2008, pp. 50-56.
9 Blas Guerrero, Andrés de, “Azaña y la cuestión nacional”, en Escritos sobre nacionalismo, Madrid, Biblioteca Nueva, 2008.
252 isidro sepúlveda






















































































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