Page 11 - Revista de Occidente o la modenidad española
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                                Entre las misiones de Acción Cultural Española (AC/E) están las conmemoraciones y centenarios de personas y hechos rele- vantes para la cultura en nuestro país. En estos últimos años,
AC/E ha colaborado con la Biblioteca Nacional de España en la producción de exposiciones dedicadas a los centenarios de grandes personajes de nuestra cultura como Nebrija, Galdós, Pardo Bazán, Concepción Arenal o Delibes, entre otros.
En este caso, el centenario que conmemoramos, y celebramos, no está referido al nacimiento de una persona, sino al de una insti- tución, la Revista de Occidente. Una sociedad es algo más que una suma de personas; es también todo lo que hace posible la convivencia de esas personas. Las instituciones son un elemento fundamental para compartir la vida, no solo entre las generaciones vivas, sino con las que ya no están y con las que aún están por venir. Por eso, la existencia de instituciones culturales duraderas, capaces de resistir la impugnación del tiempo, de sobreponerse a guerras y dictaduras, es digna de recordar, celebrar y preservar.
Ortega hablaba, en el primer número de Revista de Occidente, del propósito con el que nacía la revista. Se suele entender mejor el mundo cuando explicamos las acciones humanas por sus intenciones que por sus consecuencias; por eso los propósitos son fundamentales. Hay muchas razones para la exposición que presenta este catálogo que la amable lectora, o lector, tiene ante sus ojos.
Revista de Occidente fue, desde su fundación, un espacio de encuentro y diálogo de españoles, otros europeos y americanos de distintas ideas y generaciones. En la exposición que presentamos podemos encontrar a muchos de ellos y algunas de ellas. También podemos encontrar, en las portadas e ilustraciones de la revista, ma- ravillosos ejemplos de las nuevas expresiones artísticas de la época. Todo ello da cuenta de un tiempo lleno de peligros y esperanzas no muy distinto del nuestro.
Traemos a la memoria el pasado por motivos del presente. Recor- dar la voluntad de pensar en mitad del caos de aquellos hombres y mujeres de hace cien años se nos antoja ahora particularmente opor- tuno. Recordar cómo abordaron las incógnitas que ellos tenían por delante y cuyas consecuencias conocemos ahora, probablemente sin haberlas comprendido del todo, no nos va a dar las respuestas para los problemas del presente, pero quizá nos ayude a ser más prudentes.
JOSÉ ANDRÉS TORRES MORA PRESIDENTE DE ACCIÓN CULTURAL ESPAÑOLA




























































































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