Page 38 - Anuario AC/E de cultura digital 2025
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Más allá de la desinformación y de las polémicas
sobre la Agenda 2030, existe un cierto desco-
nocimiento sobre su alcance y sus ámbitos de
trabajo, a pesar de ser un término de moda. Un
estudio de Ipsos1 y el Foro Económico Mundial
mostraba en 2019 que, aunque el 80 % de la
población española reconocía que habían es-
cuchado hablar de la Agenda 2030 en alguna
ocasión, solo el 5 % estaba muy familiarizado con
ella.
Posiblemente, si se le preguntase a una persona
cualquiera qué temas aborda y cuáles son los
objetivos de desarrollo sostenible (ODS), hablaría
de los elementos más esperables y que suelen
protagonizar la agenda «verde» de los medios de
comunicación, como puede ser el descenso de la
contaminación, la transición energética o la eco-
nomía circular, a pesar de que en los ODS entran
muchas otras cosas. Por tanto, no son pocos los
puntos que permanecen un tanto olvidados en
la estrategia de sostenibilidad. Les pasa hasta a
los aspectos menos mediáticos de la naturaleza,
como los océanos, que solo son priorizados por el
10 % de las empresas2 españolas en su estrategia
de ODS. En estas cuestiones, y de forma por
tanto no muy sorprendente, la cultura es uno de
los concurrentes que se quedan en una esquina
de la fiesta: tiene mucho que decir, pero hay otros
invitados que dominan el epicentro del encuentro.
El papel de la cultura
Ninguno de los ODS se refiere a la cultura en sí
misma y de forma exclusiva —y mucho menos
ocurre esto con la cultura digital— y, sin em-
bargo, resulta imposible pensar en sostenibilidad3
Anuario AC/E de cultura digital 2025
1 https://www.ipsos.com/es-es/los-espanoles-en-
tre-los-europeos-que-mas-saben-de-los-objeti-
vos-de-desarrollo-sostenible-ods-de-la
2 https://www.abc.es/antropia/mar-gran-ol-
vidado-compromisos-sostenibili-
dad-20240922100050-nt.html
3 Entiéndase la sostenibilidad en el amplio ámbito
de la palabra, tal y como está implícito en la
Agenda 2030.
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CULTURA y AGENDA 2030
·
RAQUEL C. PICO
sin ella. La cultura es transversal a todos y cada
uno de los puntos, fundamental para entender
a las personas y para llegar hasta ellas. Incluso
puede ser una vía clave para conseguir alcanzar
los retos del presente y cumplir con las ambicio-
sas metas marcadas para el futuro, un futuro que
no es tan lejano, porque las metas de la Agenda
2030 son ya a cinco años vista.
La Unesco lo tiene claro: la cultura puede
vehicular y acelerar el desarrollo sostenible. El
informe Re|pensar las políticas para la creatividad:
plantear la cultura como un bien público global
concluye4, eso sí, que ahora mismo este es un
punto ciego en las estrategias de sostenibilidad
y desarrollo. De hecho, en este último ámbito en
concreto, solo el 0,23 % de los fondos internacio-
nales se va a una inversión en cultura y activida-
des recreativas. En líneas generales, a la cultura
se la ve como, valga la redundancia, algo con un
papel «cultural» en la sociedad. No se piensa en
ella en términos medioambientales o como un
elemento que pueda ayudar a reducir brechas.
Ni siquiera se tiene en cuenta cómo está impac-
tando el cambio climático en la propia cultura,
cuando existen ya investigaciones que demues-
tran que lo está haciendo. El cambio climático
está desplazando a las poblaciones indígenas, lo
que pone en riesgo la preservación de su patri-
monio inmaterial. Igualmente, las temperaturas y
el clima extremo están pasando factura al patri-
monio material a lo largo del planeta.
Volviendo a las conclusiones del informe, la
Unesco recomienda ver la Agenda 2030 de una
manera holística e integrar la cultura a todos los
niveles. Es un terreno inexplorado y que puede
ayudar a cambiar el mundo: la cultura puede ser
una poderosa aliada en el desarrollo sostenible, si
se la tiene en cuenta. Ahora mismo, solo el 13 %
de los países que participaron en esa investiga-
ción la incluían en sus planes.
4 https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/
pf0000380479









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