Page 124 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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BARBIERI. MÚSICA, FUEGO Y DIAMANTES
Antonio de Cabezón, Obras de musica para tecla, arpa y vihuela, Madrid, Francisco Sánchez, 1578. BNE [cat. 189].
Tomás Luis de Victoria, Missae Magnificat, Motecta Psalmi
et alia quam plurima, Matriti,
ex Typographia Regia, 1600. BNE [cat. 186].
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Fernando de las Infantas [Sacrarum va- rii styli cantionum. Liber primus]. Ve- necia, Gardanus, 1578. Se trata de una edición única, de la que Barbieri poseía la parte correspondiente a la voz de can- tus, sustraída del ejemplar procedente del monasterio de Uclés conservado en la Biblioteca del Real Conservatorio Su- perior de Madrid.
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Barbieri consiguió adquirir ejemplares de los libros de Diego Ortiz y Gaspar Sanz procedentes de la «Bibliotheca Landsbergiana», reunida en Roma por el músico y bibliófilo alemán Ludwig Landsberg (1805-1858) y dispersada después de su muerte.
En efecto, aunque todavía no se ha hecho un estudio completo y pormenorizado de todas las procedencias de los libros de Barbieri, ya se han detectado al menos siete ejemplares de extraordinaria importancia, ingresados en BNE a través de la colección Barbieri, pero que previamente habían desaparecido de la Biblioteca Real Pública: Arte de tañer fantasía de Tomás de Santa María (Valladolid, 1565), el tra- tado de Juan Bermudo Comienza en libro de declaración de instrumentos (Osuna, 1549), Obras de música para tecla, de Antonio de Cabezón (Madrid, 1578), Tres libros en cifra de Alonso Mudarra (Sevilla, 1546), un Troparium de los siglos xii- xiii (BNE Mss/19421), Tractado de principios de música práctica, de Juan Espi- nosa (Toledo, 1520) y Missae magnificat, motecta, psalmi, de Tomás de Victoria (Madrid, 1600). Es más que probable que cuando completemos el rastreo de toda la colección de la BNE podamos ampliar considerablemente esta lista con otras obras, quizá no tan conocidas.
Más ejemplares de la biblioteca de Barbieri llevan sellos que delatan la proceden- cia de otras colecciones institucionales importantes, como la Biblioteca Nacional de Lisboa, el Monasterio de El Escorial o la Biblioteca del Real Conservatorio Supe- rior de Madrid18 y muchos más aparecen con sellos y exlibris de bibliotecas priva- das, como las de los músicos y bibliófilos Ludwig Landsberg19, el Infante Francisco de Paula Antonio, el bibliófilo Joaquín de la Cortina o las bibliotecas formadas en el siglo xviii por los estudiosos ilustrados Fernando José de Velasco o Francisco























































































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