Page 67 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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BARBIERI, «MÚSICO Y COPLERO»: REFLEXIONES SOBRE SU TEATRO MUSICAL
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Tienda de pelucas, escenografía de W. Burman para la zarzuela Gloria y peluca, Museo Nacional del Teatro (Almagro) [cat. 44].
 Barbieri, siguiendo la tendencia historiográfica contemporánea cultivada por Menéndez Pelayo, Peña y Goñi, Cánovas del Castillo, Sbarbi y posteriormente por Subirá o Delito y Piñuela, intenta crear referentes nacionales, como ha estudiado Álvarez Barrientos5. Por eso defiende las dos vías de creación lírica que hemos citado, llevando a escribir a Peña y Goñi que el futuro del teatro lírico nacional no está en imitar los modelos italianos, ni tampoco en mirar al «porvenir» a través de la lupa wagneriana, sino en cultivar la zarzuela, verdadera ópera cómica española. La intención que mueve a Barbieri, tras el éxito en 1849 de las dos zarzuelas en dos actos de Hernando –Colegialas y soldados y El duende– es su interés por establecer el género lírico nacional, antigua aspiración de nuestros músicos como manifestaba elocuentemente Masarnau ya en 1835, tras haber regresado del exilio: «¿No es vergonzoso que tengan una ópera nacional los italianos, los alemanes, los franceses, los ingleses y hasta los rusos y que nosotros carezcamos de ella con la lengua de un Fray Luis de León, un Rioja, un Villegas y tantos y tantos otros?»6.
A través de la Zarzuela grande, propone desde su primer título –Jugar con fuego (1851)– recrear un modelo europeísta con ciertas concesiones a lo nacional, germen de la futura ópera española. Paradójicamente, los textos de la Zarzuela grande son mayoritariamente traducciones, adaptaciones o refundiciones de alta comedia fran- cesa. En cuanto al teatro breve, Barbieri considera quintaesencia de los elementos hispánicos las formas cultivadas en el siglo xviii, como la tonadilla. Compartiendo esta ideología, Menéndez y Pelayo afirmaba en 1892 que el compositor había lo- grado convertir «el embrión informe de la tonadilla y de la jácara en el producto realmente artístico de la ópera cómica nacional, impropiamente llamada zarzuela»7.
5
Vid. Joaquín Álvarez Barrientos: «Acerca de la historiografía sobre el teatro breve del siglo xviii. La crítica y la musa castizas como defensoras de la patria amenazada». Teatro y música en España: los géneros breves en la segunda mitad del siglo xviii, Álva- rez Barrientos y Lolo (eds.). Madrid, UAM/CSIC, 2008, pp. 13- 39.
6
Santiago de Masarnau: «Los dos Fíga- ros». El Artista, Tomo i, Entrega vi, 1835, p. 65.
7
Contestación del Ilmo. Sr. D. Mar- celino Menéndez y Pelayo, Académico de número al discurso de ingreso en la RABASF de F. A. Barbieri. Madrid, J. Ma Ducázcal, 1892, pp. 39-41.
























































































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