Page 96 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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BARBIERI. MÚSICA, FUEGO Y DIAMANTES
Página siguiente: Los poetas contemporáneos. Una lectura de Zorrilla en el estudio del pintor,
de Antonio María Esquivel, 1846. Museo Nacional del Prado [cat. 22].
Identificación de los personajes publicada en La Ilustración Española y Americana, año 43, no1, 8
de enero de 1899. BNE, ZR/112.
castigo sin venganza, Lope, a través de la réplica de unos de sus personajes, define la comedia de la forma siguiente:
Que es la comedia un espejo (...) Retrata nuestras costumbres, O livianas o severas, Mezclando burlas y veras, Donaires y pesadumbres.
Sin duda Barbieri estaría de acuerdo con apropiarse esta definición para referirse a la zarzuela, en particular lo que concierne el carácter doble, a veces ligero, a veces dra- mático. A su manera, actualiza esta definición en su Contestación al maestro Hernando en 1864: «La literatura dramática española no puede prescindir nunca del elemento cómico tan en armonía con el carácter vivo y alegre al par que grave y quijotesco de los españoles». Al rendir homenaje a Barbieri en su discurso de recepción ante la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en el año 1874, llama la atención la proxi- midad con la cual Antonio Peña y Goñi también formula su definición de la zarzuela:
Y es que la zarzuela nos recuerda lo que somos; nos reconocemos en ella; es un espejo que refleja nuestra fisionomía, donde nos vemos tal cual hemos sido y seremos siempre quizá, ligeros, versátiles, apasionados, hidalgos orgullosos y pobres, galanteadores por naturaleza, dadivosos por condición, con reminis- cencias de devoto y trasuntos de guerrillero, Tenorios en apariencia, Quijotes en la realidad.
Acercarse a lo que es la identidad española forma parte del ideal de Barbieri como de cada artista de su época deseoso de participar en el desarrollo cultural del país. Desde su primera contribución con Gloria y peluca, en 1850, hasta sus colaboraciones con los Bufos de Arderíus, Barbieri ha obrado en encontrar la música más adecuada para el teatro español, acompañando su evolución.
2. MANO A MANO EN EL TALLER
Detrás de cada zarzuela aplaudida por el público, se anudan lazos tanto artísticos como personales. Hemos mencionado a Ventura de la Vega, esposo de la gran cantante de ópera Manuela Oreiro, del cual Barbieri opinaba que «tenía la organización musical perfecta». La complicidad –y seguramente la prisa– es tal que indica Barbieri: «el libro y la música lo escribíamos al mismo tiempo»6 a propósito de Jugar con fuego. Al querer repetir esta exitosa experiencia en 1853, con El Marqués de Caravaca, Ventura de la Vega cedió de nuevo a la tentación de la traducción, eso sí, convencido de que nadie lo podría averiguar (y que podría cobrar el porcentaje previsto para las obras originales, superior al de las traducciones...). Pero esta vez, a pesar de su excelente
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Legado Barbieri, Mss 14.077, repro- ducido en Emilio Casares, Francisco Asenjo Barbieri. 2. Escritos..., p. 109.




















































































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