Page 106 - I estoria-ta: Guam, las MarianasI estoria-ta: Guam, las MarianasI estoria-ta: Guam, las Marianas y la cultura chamorra
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Figura 47: Postal de principios del siglo xx en Guam, mostrando una karetan vaca. En las primeras décadas del siglo xix el gobierno colonial distribuyó tierras, se- millas e instrumentos de trabajo entre los habitantes de las Marianas, en un esfuerzo por conseguir autosuficiencia económica para el territorio. Colección particular.
2 HUGUA. EL PERIODO COLONIAL
 de tierras de cultivo a la población local, el proceso de independencia de México y la adscripción del gobier- no de las islas Marianas a la autoridad administrativa de Filipinas en 1817, marcó un nuevo periodo de cambios (Pozuelo, 1997).
A un primer y fracasado proyecto de reformas, ges- tado entre 1817 y 1822, le siguió la implementación en 1828 de un plan promovido por el Capitán General de Filipinas Mariano Ricafort, que supuso uno de los cambios administrativos del siglo xix que mayor tras- cendencia tuvo para los habitantes de las islas Marianas (Valle,1991). La abolición definitiva de las granjas y ha- ciendas del gobierno, especialmente San José de Dan- dan al sureste de Guam, supuso una descarga de las cargas impositivas sobre la población nativa, de hecho fue la escasa remuneración en las granjas reales la que causó, entre otros motivos, la rebelión, a duras penas sofocada, de numerosos chamorros y mestizos de Aga- ña contra el gobernador (Coello de la Rosa, 2013b). El recuerdo de estas granjas ha dejado su impronta en la toponimia de las islas tanto en Saipán (Gualo Rai) y en Guam (Gualo Pale, nombre arcaico referido a un área
entre Mongmong, y el nombre aun existente de Gayi- nero, a los pies del monte de Santa Rosa, en el norte de Guam, y relacionado con la anterior granja jesuita).
Dos fueron los gobernadores claves de la primera mitad del siglo xix: el Teniente Coronel Francisco Villa- lobos (1831-1837), y el Brigadier Felipe de la Corte y Ruano-Calderón (1850-1861). Ambos dejaron una im- pronta tangible en el poso material del archipiélago, así como un recuerdo vivo que en el caso de Villalobos se mantenía vivo hasta los primeros años del siglo xx (Safford, 2016: 119).
Las reformas económicas de 1828, promovidas por el Capitán General de Filipinas Mariano Ricafort e im- plementadas por el gobernador Medinilla durante su se- gundo término en el archipiélago, supusieron un cam- bio de primera importancia en el sistema económico colonial de las islas Marianas. Su sucesor en el gobierno de las Marianas, Francisco de Villalobos, se distinguió entre otras iniciativas por sus esfuerzos para paliar la si- tuación de los enfermos de lepra, que eran sostenidos en un hospital a las afueras de Agaña cercano a la penín- sula de Adelup, medidas que se complementaron con la



























































































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