Page 165 - I estoria-ta: Guam, las MarianasI estoria-ta: Guam, las MarianasI estoria-ta: Guam, las Marianas y la cultura chamorra
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me apasionaba grabar los testimonios de los supervi- vientes acerca de su vida en Guam antes de la Segunda Guerra Mundial, las experiencias que arrasaron sus vi- das y sus esfuerzos por volver a encontrar un sentido y arraigo a las mismas después de la guerra.
El interés por la historia vital de las personas es cada vez mayor, y su especificidad y su sesgo inherentes ha- cen que la historia oral y la narración digital resulten un medio eficaz, atractivo y popular para educar a la gente sobre el pasado.
El apellido Artero es reconocible en Guam, pero me sorprendió que Steven Joseph Artero Kasperbauer me contara que sus abuelos se conocieron en Yap, y por eso lo entrevisté para mi presentación en el Yap Homecoming Festival en 2012. «El abuelo Don Pascual Artero y Saez nació en 1875, se alistó en el ejército es- pañol en el siglo xix, a los veinte años, y fue enviado a Filipinas, donde estaban gestionando una insurrección política», me contó Steve. «Estuvo destinado en Yap a finales de la década de 1890 y supervisaba la prisión de Yap donde se custodiaba a prisioneros filipinos. Allí co- noció a Asunción Martinez Cruz, de Agaña, que había viajado a Yap con sus cuatro hermanas como profeso- ras misioneras. Habían quedado huérfanas debido a la gripe española que había matado a tantas personas en Guam». Don Pascual y Asunción se casaron, y su bisnie- to, Steven Kasperbauer, apareció en una producción de vídeo contando el vínculo de su familia con Yap.
Figura 84: Steven Joseph Kasperbauer, 30/07/2008. Fotografía: Rlene Santos Steffy.
Después de impartir una ponencia en un congre- so sobre historia oral en Brisbane, Australia, en el año 2007, decidí entrevistar a familias CHamoru nacidas en Rabaul y que hubiesen sobrevivido allí a la Segunda Guerra Mundial. Muchas familias de Yap habían sido invitadas por los alemanes a trasladarse a Nueva Guinea para servir como intermediarios entre los alemanes y los trabajadores de las plantaciones en aquella isla. Michael Segetaro Parahina Asanuma (1927-2011) nació y se crio en Rabaul, Papúa Nueva Guinea, antes de la batalla de Rabaul en 1942. Michael y su familia fueron enviados a Kamandron, donde permanecieron durante la Segunda Guerra Mundial. Su abuela, Maria Celes, se casó con Si- mon Parahina, y tuvieron dos hijos, la madre de Michael, Louisa, y su hermano Leo. Después de que Simon desa- pareciera en el mar durante un tifón, Maria se casó con Antonio Aquiningoc. Juntos, gestionaban una plantación de copra de 1000 hectáreas para el obispo de Rabaul. Michael afirmó que sus padres se marcharon de Yap a Nueva Guinea en el barco de vapor Prince Vadamar.
Eliza Iwashita Atoigue es la segunda hija de Javier Kuninori «Francisco» y Manuela Dela Cruz Iwashita. Eliza nació junto con sus dos hermanos y sus dos her- manas en Yap. Su padre, Kuninori, era un soldado japo- nés en Yap, donde se casó con Manuela antes de la Se- gunda Guerra Mundial. Cuando finalizó la contienda, su padre decidió trasladar a la familia a Japón, pero la situación allí era terriblemente precaria: los alimentos estaban estrictamente racionados en los mercados, y los hombres tenían la obligación de reconstruir su de- vastado país. Nunca había suficiente alimento para los cinco hijos, hasta el punto de que su madre, Manue- la, llegó a pensar en tirarlos por el acantilado porque verlos pasar hambre se le hacía insoportable. Un día, mientras buscaba alimento por las calles, Manuela vio un cartel donde decía que el Gobierno japonés estaba dispuesto a enviar a la gente de vuelta a sus hogares, y convenció a su marido para que la dejara llevarse a los niños a Yap. Él accedió a regañadientes, así que Ma- nuela volvió con sus hijos a Yap, donde vivieron con su hermano y la familia de este.
Kuninori no pudo ir con ellos, sino que tuvo que quedarse en Japón. Nunca volvió a ver a Manuela ni a sus hijos, excepto a Jesus, muchos años más tarde. En- trevisté a Jesus Iwashita por separado, sin su hermana Eliza, para tener otra perspectiva de la historia de su familia. Jesus me contó que, mientras servía en la Ma- rina estadounidense, su barco recaló brevemente en un puerto en Japón. No conocía a nadie allí, así que se quedó en el barco. Sin embargo, un hombre pasó toda
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La voz de los CHamoru: entonces y ahora
 

























































































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