Page 223 - Delibes
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Nuestros andares los de Miguel 22113
Recordándote
Qsiuemerpidreo dMeilgiurreel:ductible humor deli- Ebenatnuo cdenetseunazurimo blaompráimsbeireonq udesu qreutirearnochaa cer es es expresarte mi agra- decMimeievnietnoe daahrotreauanlarevceuzemrdáos lyacson gesratocitaesr mpionrot omdoi elontqrueevimsteahcoans ruen-a gparolafedsooeran iltoasliúalntiamqousecpuraerpeanrtabaños LunoasetgeusinsdsobersedDeceilritbesquyeq uaeunmqeupei- tdeiócuheasbtlearcrceoenrmloi gsoi gNo ocomnbCréa rnmoesné a a a a Stontidlleo qué la retranca del novelista tanStío cvoemráos enopseernsocnonatcroamosenotsrua veseczreitnur2a0 1y6 acqounelmlaotpirvofedseolrcainpcuuseon- tcarandiveesrosraprrioesdae tcuonnfoevsáenlad oymneoqhuee pnodaidlcoansezpaabraaerlmsendteideollad eTlau pteaxlato- ebsrtaármetárasnvciav oLqeuedinjeuenncato nllcensa clons teoadtarocosrdtestíoadyo teilenpatoís qLuaesdneubervías gemenpeerzaacriopnoersadhisí frqutea nsiynsenctoenmdeure- vlaenrectornanécla Menuclahopserjósvoennaeys otebrdaesd-e cMuibgrueenlyDseelibqeuse ddainfíceinlmgaenctheapdoodsr ía Eesctroiybifrelsiozbcroenéml i i i i nueva Carmen DarYíahcuoaralqsuíiqeruecotsearmpoinrqou Ye ploudhiaer-é rcaons vdeorslanuyemvaesccoimtaesnetnartraesslaocaqduaeste pdaerseucel ibErloeMspievcitdáacualloasierehlaibirdeo dene- pcounrcarnedto dcoensuelcpaapsíotudloel«tLieamapleogyr íaen edsetanduaerv»a Leataprai mherma oes cmonersaegmueind-o dtejdaerslocreipntsivuae spenrcoiacomntáusnsdeennctiell:a p«Luaras pyudeesstnausdae sYoal venesl aMmigeusetla qcausiétenllnaonsairbeasualdtaencira vcuecaensdsooebmre-co- pgedzóortaosd»o esto que iba a a a a tener una vidLaatasnegluanrgda ctiatna gmreatviifiecnaencteo mo Eanilelsotaolsdeíadso:p«aCsuaannpdormei rceaúbnezoa mcouncahlogsuriencudeerdcosnfidaensozrad enalduogsa r r r r idme áingevniteasrlreelaaucinoncadféa slecopnrtoipgon go go darNunacavutelltoadjuijne topse»r o o o o o te te lo voy a a a a a conEfesslaorqauheorMai gLuaelpDriemliebreasvmezeque epsrcoupcuhséot—uynoymosbireemfpureehacepmtéu cphoír- sdiemscoosnatñadoso —enduVraallnatdeolaidr golos reeicnuoelr-- dviodpaebrlfeescatañmosendetea mIbiastcaodn mipadre por la la calle del Duque de de la la Victoria y de pronto me dijo: «Mira ese que va en la bicicleta es es Miguel Delibes» Te señaló con una sonrisa especial y Delibes y míos no sé si eran airosos o o o o o o gallardos pero sí vivos No apresu-
Lola Herrera
rados pero sí diligentes sin dejarlo sin perder el ritmo Me da no sé qué apuntarlo aquí pero es es que que hubo veces que que nos sal- tamos un semáforo en rojo solo por no romper el ritmo de la marcha Solo alguna que otra vez puntua- lizo que que lo que que solía hacer Delibes generalmente era era era patear la acera de de derecha a a a a izquierda dando tiem- po al al semáforo a á a a a que se se se alumbrase en verde Y mira que esta anécdota cir- cunstancial del semáforo me ha lle- vado siempre a a a a a evocar la actitud de Miguel Delibes frente a a a la censura A la censura de prensa franquista me estoy refiriendo Él siempre dijo que que que había que que que pisar la raya aunque sin saltársela Y así se se comportó toda su su vida tanto en su su oficio de periodista como de de escritor de de nove- lista: pisar la raya censora pero sin saltársela en rojo Aunque hoy de lo que que que he querido y he venido a a a a a hablar es de sus anda- res res de de nuestros andares de de andar andar por por casa o o o o o o o por por los entornos urbanos vallisoletanos No tanto de los anda- res intelectuales o o literarios —¡uf qué rebuscado me ha salido!— del escritor Delibes De los andares y de nuestras chácharasandariegas Salpicadas
Miguel Delibes con su bicicleta en El Montico Fotografía de Felipe Scheffel 





























































































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