Page 89 - El arte del poder
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verticales que alternaban con espacios lisos, o en elaborados dibujos de mayor superficie en los puntos más notables de la armadura. La tercera técnica de importancia es el damasqui- nado, muy utilizado por los talleres italianos. Genéricamente designa la técnica consistente en embutir oro o plata en hie- rro o acero, para lo cual se rallaba la superficie del metal con el fin de asegurar sus fijación, tras lo cual se pulía para que fuera uniforme.
Una vez ejecutada la decoración grabada, las superficies de las piezas se pavonaban y entregaban a un dorador, quien apli- caba una amalgama de oro y mercurio para dorar las zonas grabadas. El pavonado protegía las piezas de la corrosión y actuaba como fondo para resaltar la decoración grabada y dorada. Una vez terminado el proceso, se ensamblaban las diversas piezas y se guarnecían con correas, hebillas, pernos, pasadores, etc. Por último, todas las piezas eran guarnecidas en las superficies interiores con forros acolchados o ricas telas y galones perimetrales de hilo metálico para mayor comodi- dad del usuario y vistosidad del conjunto.
Las armaduras de lujo estaban destinadas a transmitir la imagen áulica de su propietario, que encuentra su mejor expre- sión en la alusión a su familia o dinastía, al credo y virtudes que debían regir su vida o a los modelos e historias de la Anti- güedad clásica que se deseaba evocar siguiendo los dictados del Renacimiento. Los asuntos decorativos de las armaduras podían ser divididos en tres grandes grupos: las referencias directas al poder del propietario, las referencias indirectas al poder que reflejaban la mentalidad y el mundo cultural con- temporáneo y, por último, los motivos geométricos, vegetales, fantásticos y figurativos que sólo tienen un fin estrictamente decorativo. Al igual que en otras manifestaciones artísticas, los asuntos decorativos no tenían necesariamente un único sentido, por lo que eran susceptibles de dobles lecturas. Un motivo mitológico puede aludir al poder político, pero tam- bién a una virtud personal; así como la imagen de un santo puede tener connotaciones dinásticas o políticas, como suce- de con san Andrés, patrón de la Casa de Austria, o Santiago, que en la tradición hispana se asocia a la lucha contra el Islam y, por extensión, contra la herejía.
La expresión más directa del poder de un personaje era el recurso a la heráldica, ya que ésta no sólo le situaba en el lugar exacto que ocupaba en la sociedad sino que también permitía conocer sus antecedentes y vínculos familiares. Estas premi- sas eran especialmente significativas en las casas reales por su lectura territorial. La referencia dinástica podía mostrarse
gold and mercury to gild the etched areas. Bluing prevented the pieces from rusting and provided a background against which the etched and gilded decoration stood out. Once the process was completed, the various pieces were assembled and fitted with straps, buckles, rivets, bolts, and other fastenings. Finally, the inner surfaces of all the pieces were cushioned or lined with sumptuous fabrics edged with metallic trimming to make them more comfortable for the owner and enhance the visual appeal of the set.
Luxury armors were intended to convey a courtly image of their owners. This was most effectively expressed through allusions to their family or dynasty, the creed and virtues that were meant to govern their life, and examples and stories from classical Antiquity, represented in accordance with Renaissance dictates. The decorative themes found on armor can be divided into three main categories: direct references to the owner’s power; indirect references to power reflecting the mentality and cultural environment of the age; and lastly, geometric, plant, fanciful, and figurative motifs used for strictly decorative purposes. As in other art forms, decorative themes did not necessarily have only one meaning and could be interpreted on two levels. A mythological motif may allude to political power, but also to a personal virtue, just as the image of a saint may hold both dynastic and political connotations—as, for example, with Saint Andrew, the patron saint of the House of Austria, and Saint James, whom Spanish tradition associates with the fight against Islam and, by extension, against heresy.
The most direct expression of a person’s power was heraldry, as it not only showed the exact place they occupied in society but also provided information about their background and family ties. It was particularly significant in the case of royal families on account of its territorial reading. A dynastic reference could take the form of a faithful representation of a coat of arms (cat. 22, 23, 24
and 55) or emblems, such as the cross of Saint Andrew in the case of the House of Austria (Habsburg) (cat. 50). These references also included the insignias of the main knightly orders, particularly that of the Golden Fleece
(cat. 1 and 2). Charles V was the fifth sovereign of the order, which has been linked to the Spanish Crown ever since. The collar of the Golden Fleece and its various components were one of his favorite adornments from his early childhood on account of their symbolic connotations. The order was founded in 1430 by his great-grandfather Philip
88 las armaduras como obras de arte e imagen del poder

























































































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