Page 44 - El Capitán Trueno. Tras los pasos del héroe
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esa naturaleza mixta, esa figura de la frontera y del intervalo que hace suya la empresa de reparación: pagando, no es extraño, el precio de su propia vida. Trágico importe, trágico coste, pero no excesivamente oneroso cuando de la salvación del mundo o de la existencia se trata. Siempre bajo su influjo, pero más allá de la maldición y de la culpa, más allá del destino y del pecado, el héroe pone en cuestión a unos y a otras. Tal vez esa sea su gran victoria.
Siempre hay en el héroe un punto de im-pertinencia (aunque esa impertinencia sea cele- brada por unos y hostilmente recibida por otros), o un perceptible sesgo de des-prendimiento. No del todo pertinente en, ni perteneciente al, mundo de los hombres e igualmente extran-
El Capitán Trueno, 14, «La montaña de los enanos», 1956
jero en la residencia de los dioses, el héroe es requerido por todos, pero mantenido al margen, en el extrarradio o en el umbral; o tratado con una reverencia que delata la distancia; la propia (o im- propia) di-stancia del héroe. Recordemos la mitología griega, cuna (y sepultura) de tantos héroes: venerados y terribles (acaso venerados por terribles) para los hom- bres, castigados por excesivo orgullo, hybris, frente a los dioses. Es también el pecado (el traspié) del ángel bello,
del ángel caído. Y el riesgo, o la amenaza, que en un momento (del relato) pende sobre los hombres o desde ellos se proyecta: «Eritis sicut dii scientes bonum et malum (Seréis como dioses, conocedores del bien y del mal)». La bendición de la serpiente. A la bendi- ción, tortuosa, sigue, como se sabe, la maldición de Yavé; la que completa la creación del mundo (en el que todo no era ya bueno), que incluye trabajo, dolor, privación y muerte. Pero el pecado infecta y afecta al mundo: que tal vez solo pueda ser (en parte) redimido por, y tras, un apocalipsis devastador.
La búsqueda del héroe ensaya la tarea de reparación: total o parcial. En la búsqueda se debate, lucha, vence; en la búsqueda carga con el peso, excesivo, de la imperfección del mundo. En la búsqueda, al final e irremediablemente, fracasa. Buscará una planta, una copa, una piel de cordero, buscará una tierra en cuyo umbral será detenido. Y esas bús- quedas están por la vida y la libertad, están por la justicia. O con ellas: como su símbolo, como la parte exotérica de una verdad profunda y oculta. Luchas interminables contra enemigos implacables.
Pero el héroe, artefacto gráfico (lexicográfico, iconográfico o ambas cosas a la vez, como en el caso del cómic), testimonia o muestra algo más. Manifiesta que la imperfección de la existencia (y) del mundo solo se redime en el texto; en la palabra y/o en la imagen. En