Page 87 - El Capitán Trueno. Tras los pasos del héroe
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formada por el Capitán, Goliath y Crispín, aunque el breve sosiego siempre se vea interrumpido por algún acontecimiento catastrófico que termina por precipitar el globo. Por otro lado, los barcos son numerosísimos y muchas de las aventuras tienen el mar como escenario, pero lo que ahora nos interesa es recordar el peculiar final de bastantes de ellas: el malhechor purga sus penas pelando patatas (no hay problema con el anacronismo, primero porque a nadie le importa, pero es que, además, ¿acaso en algunos de los episodios nuestros héroes no pisan América mucho antes que Colón?), pero sobre todo la cocina del barco terminará siendo el espacio de domesticación (en el pleno sentido etimológico de la palabra) de algunas de las mujeres piratas que se cruzan en el camino del Capitán, hembras de fiereza antinatural en las que resuena el mito de las amazonas, pero que terminarán, no obstante, reconociendo en las labores de cocina y lavandería su lugar natural (Singhi-Lay, la mujer pirata, núm. 32). Estas «fieras domadas» consti- tuyen, finalmente, la metáfora del domeñamiento de las pasiones, el contrapunto de la aventura y la promesa de un horizonte doméstico imposible.
El Capitán Trueno, 153, «Un plan siniestro», 1959
EDIFICIOS PARA LA AVENTURA
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  El Capitán Trueno, 32, «Singhi-Lay, la mujer pirata», 1957






























































































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