Page 143 - Glosario imposible
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La primera reacción que tuvimos cuando recibimos la invitación de escribir para este libro fue la de extrañamiento. El término que nos proponía hablarenarte era “fracaso”. ¿Fracaso? Al ruido que acompañaba la palabra
se sumó la incerteza sobre por qué LaFundició parecía apropiada para reflexionar sobre algo así, algo que estaba fuera de nuestro universo de sentido y que nunca había formado parte de los relatos de nuestras prácticas; quizás pensar sobre por qué en nuestro discurso nunca hemos utilizado “fracaso” como término podría ser el hilo conductor que articulara este texto.
Así, a priori, “fracaso” suena muy chungo; la palabra parece estar atravesada por una cierta desazón, recuerda a personaje de teleserie o de película de sobremesa que no ha cumplido las expectativas de sus padres, a dramón, a bronca, a incapacidad, a derrota...
Si nos adentramos más en el campo semántico que envuelve a la palabra “fracaso” encontramos que su antónimo es “éxito”. Nos coloca en una dicotomía que podría sumarse a las muchas que reducen los modos de hacer y las formas de entender el mundo y posicionarnos en él. Entendemos la cultura como un campo de tensiones y luchas entre grupos sociales con ideologías e intereses distintos, e incluso enfrentados; un campo en el que cada grupo lucha por hacer prevalecer aquellos modos de sentir, saber y
ser que coadyuvan a la realización de sus propios objetivos. La cultura, en definitiva, es uno de los territorios en los que se dirime la hegemonización de una cosmovisión y una subjetividad determinadas, relegando el resto
a una posición subalterna o incluso condenándolas a la desaparición. No obstante, la cultura hegemónica nunca ocupa por completo dicho territorio, de modo que en él coexisten formaciones epistémicas diversas, y se dan trasvases, apropiaciones y préstamos culturales. El problema estriba en que las culturas y epistemes hegemónicas tienden a definir el ser y el no ser, es decir, tienden a delimitar el espacio de lo pensable y lo decible
y a saturarlo, dificultando la emergencia de otro tipo de formaciones culturales y epistémicas. En última instancia, se da un continuo conflicto
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Fracaso