Page 144 - Glosario imposible
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LaFundició
entre grupos diversos y con intereses contrapuestos que se despliega en
las distintas formas de ordenación de lo sensible, que constituyen parte
de su comprensión del mundo. Así pues, determinadas manifestaciones culturales producen sentido y una visión coherente del mundo al coste de la dominación o la destrucción de otras cosmovisiones. Hablamos, por ejemplo, de manifestaciones culturales que soportan y justifican las relaciones patriarcales, colonialistas o capitalistas de subordinación.
Dicho todo esto, nos preguntamos: ¿qué conjunto de discursos, hábitos, estéticas y prácticas hacen de la dualidad éxito/fracaso algo pensable?, ¿en qué mundo de sentido resulta coherente dicha dualidad? Entendemos que
la idea de “fracaso” se inserta en las lógicas extractivista y productivista propias del orden liberal y moderno dominante, que valora exclusivamente los resultados efectivos y cuantificables, al tiempo que penaliza la comprensión de los procesos subyacentes, así como de los territorios y agenciamientos
que estos producen. Este paradigma aplana la complejidad de las situaciones, definiendo de antemano cuál ha de ser el desarrollo óptimo de los procesos y cuáles han de ser sus productos. En cambio, los procesos sociales —y entre ellos los procesos culturales, de construcción de conocimiento y producción de sentido— no se desenvuelven en base a un elemento trascendente, exterior a ellos mismos, y por lo tanto no pueden ser reducidos a la voluntad de un sujeto que reflexivamente traza planes y fija objetivos fundamentados en
una serie de códigos y principios. Por el contrario, podemos entender que
los procesos y situaciones sociales de producción de sentido se despliegan como sistemas dinámicos en los que una multiplicidad de agentes establece relaciones diversas y cambiantes en el tiempo. Así pues, la disposición de unos medios dirigidos a unos fines —cuyo grado de consecución podrá considerarse un éxito o un fracaso— podría servir tal vez a los intereses institucionales, pero no contribuirá al enriquecimiento de los procesos y sistemas culturales. Los procesos sociales de producción de sentido tienden a la complejidad
y al conflicto, y sus resultantes son siempre múltiples e impredecibles,
entre otras cosas porque: a) los agentes implicados en ellos no se ajustan nunca exactamente a los modelos abstractos y pautas a definidos a priori,
y b) dichos agentes están siempre situados, es decir, atravesados por los propios procesos. Si dejáramos de contemplarnos como algo separado de las situaciones y procesos de creación colectiva, de querer dominarlos desde una posición privilegiada y un cálculo exteriores a los mismos, la “eficacia” dejaría
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