Page 174 - Glosario imposible
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Haizea Barcenilla
Además de la relación común que se crea entre quien participa, este
tipo de proyectos también puede activar el procomún desde otro ángulo: visibilizando, empoderando y reforzando bienes y valores comunes
ya existentes. Para ello es imprescindible que artistas, comisarias, mediadoras y agentes en general tengan un conocimiento profundo del contexto en el que van a trabajar o, en su defecto, que puedan dedicar una investigación continua y establecer una interacción duradera. En ese sentido, y volviendo a Nuevos Comanditarios, es interesante destacar que la plataforma funciona a través de oficinas situadas en los territorios concretos, de manera que cada una se centra en su propio entorno. La contextualización va de la mano de cualquier proyecto participativo y aunque parezca una obviedad, es un elemento al que a menudo no se le otorga la importancia que precisa.
Es gracias al conocimiento contextual y al trabajo con agentes civiles que, como agentes artísticos, podemos intentar poner en juego la activación
de la que hablaba. Dentro de la lógica de consumo en la que estamos inmersos, puede ocurrir que no seamos conscientes de la riqueza del procomún del que somos parte, ni tan siquiera de su valor como tal. Las relaciones sociales, los cuidados, las lenguas, el conocimiento compartido, pueden llegar a ser componentes identitarios tan naturalizados que obviemos su importancia. Una visión externa ayuda a valorar esos componentes, en un proceso de empoderamiento en el que el proyecto artístico aporta confianza en sí mismas y en sus capacidades. En el caso
de Andrekale, el proyecto mostró la historia como un bien común y colectivo, que no tenemos por qué abandonar en las manos de especialistas lejanos. Hizo partícipe a un gran número de mujeres en la escritura y el replanteamiento de su propia historia y la de su pueblo. Aportó una imagen representativa en la que las mujeres se veían reflejadas, y que las animaba a exigir un lugar visible en la historia común. En ese sentido, no fueron
las artistas las que crearon la capacidad de intervención de estas mujeres: simplemente dieron una imagen y afianzaron una capacidad que existía previamente.
El retorno que más me interesa es, por lo tanto, el retorno a los bienes comunes a través de las prácticas artísticas colaborativas. Si fuéramos capaces de cambiar de paradigma desplazándonos de la propiedad (el
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