Page 236 - Glosario imposible
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Ricardo Antón (ColaBoraBora)
directivo y técnico, y luego hay una serie de agentes o mecanismos de acceso a recursos. Pero las comunidades que las habitan no tienen una capacidad articulada de tomar decisiones sobre su modelo organizativo, presupuestos o programación. Por otro lado, los centros sociales de nueva generación han experimentado mucho más con formas de organización más distribuidas, más horizontales, pero que aún, estando en un claro proceso de avance y maduración, muestran muchas limitaciones a la hora de gestionar lo colectivo, sobre todo de manera escalada.
Para llegar a una nueva institucionalidad debemos generar un cambio
de paradigma que se construya sobre lo que ya tenemos, una especie de transición a través de la cual resignifiquemos y reutilicemos elementos para construir algo nuevo. A su vez, quizás sigamos necesitando elementos estructurales, reguladores, que articulen y coordinen, pero que no acumulen ni una centralidad ni un poder excesivo. Instituciones que, como plantea Amador Fernández-Savater, transiten del gobernar al habitar1.
Y todo esto remezclado con las tecnologías libres, la ética hacker y los modelos de producción de economía directa, hacia la generación de unos comunes globales que se produzcan de forma situada, es decir, un peer-to- peer coresponsable entre los nodos.
Una diferencia fundamental entre las empresas/instituciones monstruo tecnológicas y la nueva institucionalidad que describes aquí es que esta se gesta desde lo público, no desde lo privado. ¿Es posible revolucionar un ideario público? ¿Podría uno argumentar que la experiencia de
los últimos tres años demuestra que iniciativas nuevas se diluyen rápidamente cuando entran en contacto con la institución pública?
En parte, eso es lo que puede estar pasando con los municipalismos. Cuando el monstruo entró en la institución, pensamos que íbamos a poder cambiarlo todo, pero pronto nos dimos cuenta de que hacer cambios no iba a ser tan sencillo.
La lectura más positiva que saco de este periodo es que hemos aprendido cómo funciona la institución por dentro. Quizás nos pasamos de listos al llegar, deslegitimando desde el desconocimiento y el prejuicio, el trabajo
1. Amador Fernández-Savater, “Del paradigma del gobierno al paradigma del habitar: por un cambio de cultura
política”, Tecnoblandas, <www.tecnologiasblandas.cc/del-paradigma-del-gobierno-al-paradigma-del-habitar-por- 236 un-cambio-de-cultura-politica>.
























































































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