Page 80 - Glosario imposible
P. 80

David Crespo
y, al mismo tiempo, ofrecen la posibilidad de introducir al espectador en la obra de arte a partir de la acción lúdica, haciendo que el mensaje sea mucho más accesible y atractivo.
¿Hasta qué punto puedes controlar los procesos de trabajo con otras personas implicadas? ¿Qué importancia tiene el azar?
Yo prefiero tener claro el punto de arranque, y que sea el propio proyecto
el que me indique por dónde ir. Además, en cada proyecto suelo trabajar
un tema: una crítica social, dar visibilidad a una realidad que considero que merece ser contada... Durante el desarrollo de la propuesta, insisto y trabajo para que ese motivo no desaparezca, y eso es lo que intento controlar durante el proceso. Esto significa estar dispuesto a cuestionar lo que va ocurriendo,
a experimentar, a generar diálogo. De hecho, cuando trabajo con una participación ciudadana, busco empoderarla para que se apropie del proyecto. En estos casos, obviamente tengo que estar preparado para que ocurra algo imprevisible, y me agarro a mi capacidad para adaptarme a la nueva situación, a mi espontaneidad, a mi empatía y al azar.
Un caso muy concreto del papel del azar lo encontramos en mi obra Terrain d’Action, propuesta que presenté en el Palais de Tokyo de París en el 2015. Esta pieza consistía en un campo de fútbol reconstruido, un lugar para el desarrollo de acciones y cinco happenings donde invitaba al público a formar parte de la obra. Tres de ellos distaron mucho de lo que yo había previsto en un principio. Era natural, ya que solo había establecido unas bases a partir de las cuales el espectador desarrolló su propia historia.
Uno de los happenings consistió en mezclar dos ideas: rave y fútbol. No sé cómo ocurrió, pero nada más comenzar la actividad, la instalación fue invadida por centenares de globos de color negro y blanco, procedentes
de otra performance que se estaba montando justo a nuestro lado.
Alguien decidió introducirlos y sumarlos a la pieza. El happening acabó convirtiéndose en una danza caótica, donde unos bailaban, otros hacían batallas con los globos y otros jugaban al fútbol con ellos. Fue algo espontáneo, una coincidencia que potenció lo que estábamos desarrollando. Para mí fue maravilloso.
80























































































   78   79   80   81   82