Page 377 - Goya y el mundo moderno
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Participa también en la Documenta 6 de Cassel. En 1979 el Stedelijk Mu- seum de Ámsterdam realiza una gran retrospectiva del artista que viajará a Düsseldorf, Madrid y Barcelona. Un gran incendio en su estudio destruye parte de su colección y documentos. Realiza escenografías para teatro, ba- llet y ópera. Desde 1983 retoma el con- junto de su obra. Muere en Cuenca el 22 de julio de 1998.
L.B.Ch.
Bibliografía
Guigon, E. y G. Solana, Itinerarios de Antonio Saura [catálogo de exposi- ción], Madrid, Museo Nacional Cen- tro de Arte Reina Sofía, 2005; Saura, A., Escritura como pintura. Sobre la experiencia pictórica (1950-1994), Bar- celona, Galaxia Gutenberg, 2004; Bo- zal, V., Arte del siglo XX en España, pintura y escultura 1939-1990, Ma- drid, Summa Artis, Espasa Calpe, 1995.
Arnold Schönberg
(Viena, 1874-Los Ángeles, 1951) Hijo de un zapatero húngaro, a los nueve años ya era violinista y compo- sitor autodidacta. La muerte de su pa- dre cuando sólo tenía quince años le obligó a trabajar como aprendiz en el banco Wiener Privatbank Werner & Co, aunque continuó en contacto con la música a través del director de or- questa Alexander von Zemlinsky, quien ayudó considerablemente a Shönberg cuando ingresó como vio- lonchelista en la orquesta de aficiona- dos de «Polyhymnia» en 1885. De he- cho, Zemlinsky le dio clases de com- posición, pero Shönberg consideraba haber aprendido más a través de las obras de Johannes Brahms, Richard Wagner, Gustav Mahler, Johann Se- bastian Bach y Wolfgang Amadeus Mozart. No obstante, gracias a Zem- linsky, cuando abandonó el banco asu- mió la dirección del Coro «Freisinn» de Mödling, del Coro Masculino de Canto de Meidling y del Coro de Me- talúrgicos de Stockerau, convirtiéndo- se así en un personaje importante del ambiente musical vienés.
En 1901 se casó con Mathilde, la her- mana de Zemlinsky, con quien tuvo dos hijos (Gertrud y Georg). Se trasla- daron a Berlín, donde Schönberg fue profesor de armonía en el Conserva- torio Stern, por invitación de Richard Strauss. Regresó al año siguiente a Vie- na, donde entabló una estrecha rela- ción con Gustav Mahler.
En estos momentos, se dedica con es- mero a la pintura, participando en va- rias exposiciones de El Jinete Azul, ani-
mado por su amigo Vasili Kandinsky. Junto a sus numerosos retratos y au- torretratos, Schönberg, destacan sus «Visiones» y «Miradas», que resaltan por su enorme expresividad, así como una serie de paisajes y decorados para sus propias obras. Al igual que su mú- sica, su producción artística es el re- sultado de sus necesidades interiores. Existe cierta polémica respecto a las re- laciones entre su pintura y su música; sin embargo, en 1913, declaró: «Mi pintura y mi música no tienen nada en común. Mi música es el resultado de una teoría puramente musical y sólo debe ser valorada tomando en cuenta su naturaleza musical». De hecho, la estructura de su obra musical, consi- derada muy exigente desde el punto de vista teórico y expresivo, no tiene re- lación con la espontaneidad de su pro- ducción pictórica.
Durante los años previos al estallido de la Primera Guerra Mundial, com- puso obras notables como los prime- ros cuartetos para cuerda y la primera sinfonía de cámara (1907-1908), que causaron gran polémica, sus Cancio- nes de Gurre, el Tratado de Armonía (1911) y el ciclo de canciones Pierrot Lunaire (1912). Durante la guerra, fue preparado como oficial de reserva y completó su tiempo de servicio en una capilla militar. Tras la guerra, Schön- berg fundó en Viena la «Sociedad pa- ra Ejecuciones Musicales Privadas», en cuyo programa se incluían obras de Bé- la Bartók, Ferruccio Busoni, Claude Debussy, Gustav Mahler, Maurice Ra- vel, Richard Strauss o Igor Stravinsky, entre otros.
En 1923 publicó Método de composi- ción con doce sonidos, donde desarro- lló la música dodecafónica. Con este nuevo sistema, Schönberg creyó ser ca- paz de plantear una estructura interna teórica para cada obra. Concebido ini- cialmente como una solución personal para un conflicto personal, el método dodecafónico fue aplicado por sus dis- cípulos con entusiasmo, a pesar de que Schönberg nunca lo había enseñado en sus clases teóricas. Ese mismo año, des- pués de la muerte de su esposa Mat- hilde, contrajo matrimonio con Ger- trude, la hija de su discípulo Rudolf Kolisch, con la que tendría tres hijos (Nuria, Ronald y Lawrence). En 1925 fue convocado por el compositor Ge- org Schumann a la Academia de Artes de Prusia, donde se hizo cargo de un curso de maestría en composición. Fue expulsado por los nazis en septiembre de 1933, razón por la cual volvió a profesar la fe judía, que había aban- donado en su juventud. Un mes des- pués, emigró a los Estados Unidos.
Tras pasar un año en Boston y Nueva York, Schönberg fue profesor en la Universidad de California. En 1940 ob- tuvo la nacionalidad estadounidense y, en estos momentos, cambió su apelli- do por Schönberg. Allí completó algu- nos de sus trabajos más conocidos, en- tre los que se encuentran su cuarteto de cuerda No 4 (1936), la musicaliza- ción para la oración del Kol Nidre (1939), un concierto para piano (1942), así como Un superviviente en Varsovia (1947) para orador, coro masculino y orquesta, que trata sobre las experiencias de un hombre en el gueto de Varsovia. También escribe en esta época cuatro libros teóricos: Mo- dels for Beginners in Composition (Modelos para principiantes en com- posición, 1943), Structural Functions of Harmony (Funciones estructurales de armonía, 1954), Preliminary Exer- cises in Counterpoint (Ejercicios preli- minares de contrapunto, 1963) y Fun- damentals of Musical Composition (Fundamentos de la composición mu- sical, 1967). A su muerte, en 1951, quedaron inconclusas tres obras: la cantata La escalera de Jacob, la ópera Moisés y Aarón y el ciclo Salmos mo- dernos.
La estética de Schönberg, caracteriza- da por su lema «la música no debe adornar, sino ser verdadera» refleja to- da una filosofía que aplicó no sólo a su música sino a toda su actividad inte- lectual y artística.
M.L.F.
Chaïm Soutine
(Smilovitchi 1893-París 1943)
Nace en Lituania en 1893 en el seno de una numerosa familia judía de es- casos recursos que se opuso a sus de- seos de convertirse en pintor. Antes de marchar a Vilna en 1910 a estudiar en la Escuela de Bellas Artes, había acu- dido a cursos de dibujo. Tres años más tarde llega a París, donde visita regu- larmente el Museo del Louvre, fasci- nado por Rembrandt, Courbet, Corot y Chardin. Asimismo aprende de ar- tistas más próximos en el tiempo, co- mo Cézanne, Bonnard o Van Gogh. Durante meses, acude al estudio Cor- mon en la Escuela de Bellas Artes y vi- ve en La Ruche, que se había conver- tido en estudio de artistas como Cha- gall, Léger o Modigliani. Los primeros años vive en la pobreza y realiza tra- bajos diversos, desde descargar cajas hasta retoques fotográficos, por lo que su salud se resiente, aquejado de pro- blemas estomacales.
En 1914 obtiene un permiso de resi- dencia en el barrio de San Lamberto. Viaja con frecuencia a las afueras de
París donde pinta paisajes y, al estallar la guerra, se presenta voluntario. Pero su frágil salud no se lo permite y se ins- tala en Falguière, donde reside Modi- gliani, a quien conoce a través de Lip- chitz y al que unirá una estrecha amis- tad. Debido a la falta de recursos com- parte estudio con el escultor Miest- chaninoff y más tarde con otros com- pañeros, tanto en La Ruche, como en la Cité Falguière. Realiza una serie de naturalezas muertas y Modigliani le presenta una serie de marchantes co- mo el polaco Léopold Zborowski, pa- ra quien trabajará unos años.
En busca de la luz del sur de Francia, marcha a Céret en 1919, donde pinta principalmente paisajes y retratos. Allí recibe la noticia de la muerte de Mo- digliani y del suicidio de su compañe- ra, que le afectan profundamente. Vi- ve en soledad y casi en la miseria, ya que el dinero que le aporta Zborows- ki apenas le permite comprar pinturas. La producción de esa época es nume- rosa, caracterizada por el tono ator- mentado y las deformaciones. A su re- greso a París en 1922 se vuelca en el retrato. El coleccionista norteamerica- no Alfred Barnes adquiere gran canti- dad de sus telas, lo que implica una trascendencia y cierta seguridad eco- nómica. Marcha a Cagnes-sur-Mer, pe- ro su salud se resiente y apenas puede pintar. La intensidad de Céret se con- vierte en distorsión en Cagnes, donde reside durante dos años sin dejar de viajar a París. Pinta naturalezas muer- tas con cadáveres de animales y retra- tos, sobre todo de mujer.
En 1924 Zborowski realiza ventas im- portantes de su obra y Soutine gasta todo lo que gana. En el terreno perso- nal, se vincula sentimentalmente con Deborah Melnik, con quien tiene una hija, aunque él niega la paternidad y las abandona. En 1925 regresa a París y por primera vez puede permitirse al- quilar un estudio. Viaja a Amsterdam y queda fascinado con La novia judía de Rembrandt. En junio de 1927 tiene lugar su primera exposición en la ga- lería de Henri Bing y al año siguiente se publica la primera monografía so- bre él y traba amistad con Marcelin y Madeleine Castaing, quienes le invitan a su propiedad en Lèves y se convier- ten en sus nuevos marchantes al morir Zborowski en 1932.
En 1937 alcanzó gran popularidad al participar en la Exposición de los ma- estros del arte independiente, su se- gunda y última muestra. Se instala en la villa Seurat, cerca de Dalí, Chana Orloff o el escritor Henry Miller. Cuando se hallaba en Civry junto a su nueva compañera, Gerda Groth, esta-
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