Page 156 - Fernando Sinaga. Ideas K
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Spaesamento
Sin alejamiento no hay reencuentro, pues lo que sabemos de nosotros mismos debe avanzar más allá del territorio desde donde emergen los recuerdos. Es un espacio donde hemos de encon- trarnos con nuestra mirada errática como el que tropieza con
sus propios pasos en la línea del horizonte y la inmensidad del mundo. Paraje amnésico e hipnótico el de esta visión arrojada. Lugar adormecedor y somnoliento que nos descubre la geografía inabarcable del universo como un imparable deslizamiento sin retroceso posible.
Adentrarnos en esa geometría de recorridos que nos abisman en lo otro y que ciegan lo propio, es el vaivén del desacorde y la afinación del ser, una rotura permanente de la identidad anterior. Casa inundada, anegada por la emboscadura y desorden esencial que desde su miedo inventa el jardín.
La mirada oblicua es el desvío hacia otras potencialidades. Concu- piscencia y perversión en vez de seguir fijezas y emigración hacia lo extraño como el anverso enrevesado de lo conocido. El mal entendido como incumplimiento esencial, deslizamiento aniquila- dor hacia lo ajeno y potente disolvente de las huellas, obsesiones y fijezas. Su atemorizado remedio trata de acotar el espacio y logra tan sólo anegarlo. Desligar se convierte entonces en la acción que nos permite cicatrizar el corte y reanudar el antiguo ritual del anudamiento, pues únicamente ciertos entrelazamientos iluminan algún reflejo.
Traicionar lo dado y alejarse es reunirse más allá de lo real para habitar por un momento lo propio como una forma de extraña- miento que rehace el retorno. Dolor, lamento, dislocación, espacia- miento silencioso y desorden del sentido de las cosas. Nos alejamos cada vez más rápido y sólo esa huida nos hará volver.
Deriva extraña la de esta pulsión sin deseo que abandona la pasión y se aquieta hacia el centro. Retiro definitivo hacia
la sequedad y el desierto como el lugar donde ya no estamos, horizonte negativo y abismo del recuerdo.
Escrito en Madrid, 20 de agosto de 2000.
Publicado por primera vez en tarjeta exp., Galería Max Estrella, Madrid, 2001.
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