Page 158 - Fernando Sinaga. Ideas K
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Erosión erótica
El tiempo se deshace y su erosión ha desintegrado el deseo. Desamor, cansancio y un erotismo inadvertido que surge entre- mezclado como una brisa. Hálito que se nos da para salir del
sí mismo en la búsqueda del beso mítico. Encuentro del desen- cuentro y error de lo errático, propuesta sin respuesta y la nada como fondo.
El aliento y el ánimo se rehacen siguiendo ese reflejo y aparece de nuevo la visión sesgada hacia la otra mirada. ¿Cuál es tu herida, qherida? Ninguna. Mi vida es transparente.
El disfraz es ahora nuestra nueva piel. Reencarnada protección que nos viste y protege del encuentro haciéndonos vivir nuestras vidas a destiempo, sin orden real, sólo como una ensoñación, un baile y un cruzamiento de proyecciones. La nada sin nada. Desde ese desánimo la alteridad es el fantasma, la última aventura frente a un retorno imposible. Desahuciado de convicción, destemplado, recorro el momento como ese lugar abrasivo que ha sido desgas- tado por una nada. ¿Es todo irrelevante y en cada nuevo encuen- tro se repite la transacción?
El intercambio ya no es posible y la erosión queda como el rastro de una comunicación fracasada. Rozamientos, fricciones, desacuerdos ácidos, respuestas cáusticas y rechazos integrados adornados de buenas maneras. Nuestra erosión química y mecánica se ha fundido finalmente en la mixtión erótica del ropaje y el barniz.
La respuesta no solicitada es tarea inútil y la mancha ácida sin pintura se hace de nuevo contraescultura.
Escrito en Madrid, 21 de septiembre de 2000.
Publicado por primera vez en tarjeta exp., Galería Max Estrella, Madrid, 2001.
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