Page 160 - Fernando Sinaga. Ideas K
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Comercio total
El neoliberalismo creciente trata de convencernos de la necesidad de abrir los diferentes mercados al libre comercio y a las inversio- nes de las grandes corporaciones como única forma de expandir el progreso y combatir la pobreza. El comercio es para el pensa- miento neoliberal una especie de lugar terminal del internaciona- lismo de izquierdas, pues sólo por el crecimiento económico el desempleo podrá ser vencido, lo que es igual al crecimiento cada vez mayor de las grandes multinacionales, unido al deterioro creciente de nuestro ecosistema. La Organización Mundial de Comercio se esfuerza por convencer a los diferentes gobiernos
que favorezcan las negociaciones sobre el libre comercio, un caballo de Troya que el mundo comercial está introduciendo para tener sujeta la política mundial.
La OMC y el Fondo Monetario Internacional son hoy conside- rados por los que protestan, los máximos responsables del declive político de los Estados y de las instituciones democráticas en favor de los grandes grupos de presión económicos y financieros. Frente al llamado poder blando —influencia cultural de la ideolo- gía dominante—, las minorías del mundo entero se sienten hoy asaltadas en su cultura y medios de vida por las multinacionales que se desplazan oliendo la pobreza y buscando la mano de
obra más barata a fin de mejorar sus beneficios. Los sindicatos de EE.UU. se oponen, a su vez, a una liberalización de las inversio- nes que permita a las empresas trasladarse en busca de la mano de obra más barata y exigen un acuerdo previo que garantice unos salarios dignos mínimos en todos los países.
Las reglas han cambiado y muchos se han quedado fuera de juego sin darse cuenta y tratan ahora de reaccionar, rompiendo al menos parte del juego establecido. La bola negra se aquieta y mira su entorno.
El mundo se encamina hacia una forma de progreso basado en un engrandecimiento material sin límites y en formas de vida cada vez más absorbidas por las necesidades de la vida práctica. Esta pulsión arquetípica no es algo casual y no ha carecido de defensores y promotores sino que, por el contrario, se ha visto favorecida sobre todo por los avances y ventajas que el desarro-
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