Page 192 - Fernando Sinaga. Ideas K
P. 192

La estructura ha perdido su función
Si me siento obligado a comentar algo sobre algunos de los vacíos e imprecisiones que se han vertido en torno a mi trabajo, es para aclarar que ignoro por qué he realizado gran parte de las cosas que he hecho en mi vida.
Lo que puede ser importante de una afirmación que se refiere al aparente sinsentido de todo lo real es que, cuando te atreves a hacerla, ya no te queda más camino que volverte a lo único que te queda, los hechos como síntomas del ser en sí, pues sólo en ellos encontramos apoyo, aunque sabemos que una interpreta- ción acertada de los mismos en el momento en que se producen es casi imposible. Por eso hoy me atrevo a decir que no estoy seguro si ciertos acontecimientos de mi vida se han producido por influencias externas o han procedido tan sólo de mí mismo. Esta última afirmación, en tiempos donde la fuerza del contexto determina cualquier realidad, es algo arriesgada y, sin embargo, es una preocupación que no ha desaparecido sino que, por el contrario, ha permanecido inquietando mi vida y haciendo que el desconocimiento de esa procedencia sea el motivo más impor- tante de mi trabajo, pues sólo el paso del tiempo nos permite saber algo acerca de lo sucedido, ya que, según mi experiencia, el artista es en gran medida un sonámbulo al que hay que desper- tar tan sólo cuando corre peligro su vida.
La duda y la incertidumbre ha llenado, por tanto, gran parte de mi existencia, más que las seguridades y certezas, hasta el punto de ver cómo aún hoy, cuando comienzo una nueva obra, tengo todavía la impresión de no saber cómo ni por dónde empezar, pues no me valen estilos ni hallazgos y lo que ya sé a menudo no me sirve.
Y sin embargo, algo me dice que debo ir al fondo, partir de otras bases. Entonces preparo algún viaje, leo, escribo y espero. Es como si la respuesta no viniera tan sólo de mi esfuerzo y como si algo tuviera que suceder a mi alrededor. Una situación llena de inquietud, padecimiento y desasosiego donde das vueltas a ciegas con la impresión de que estás pisando en falso. En ese preciso momento, la atmósfera se llena de tensión y el vacío interior actúa como un sumidero donde descienden señales equívocas y
[192]





























































































   190   191   192   193   194