Page 20 - Fernando Sinaga. Ideas K
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Al final, parecía que mi diseminada formación, en vez de agravarse, parecía atenuarse.
GM La «experiencia de la discontinuidad», un tema recurrente en tu trabajo, se hace patente, sobre todo, en el tratamiento de la superficie como lugar de encuentro.
FS He de remarcar que a pesar de la experiencia que acabo de citar, mi reali- dad era en ese momento bien distinta, ya que la incorporación y transfe- rencia de una experiencia plástica como la que acabo de citar, a un artista como yo formado en la pintura, profundamente brancusiano y simbólico, y con una fuerte preocupación por el sistema educativo de las vanguardias artísticas, no parecía tener muchas posibilidades de prosperar, pues eran demasiadas las ramas y faltaba un tronco que unificara tantas divergen- cias. Sólo años más tarde entendí, al leer a Anton Ehrenzweig, que esa discontinuidad y desplegamiento de posibilidades es uno de los síntomas del desorden creativo, antes de convertirse en un orden que te permita desarrollar un sistema imaginal interconectado. Una situación que sin duda retrasaba mi fuerza direccional, pero que, sin embargo, me procuraba una transversalidad abierta. Para Ehrenzweig, ésa era una de las características primordiales del sistema creativo.
Confieso, no obstante, que esa inicial dispersión de intereses me provocaba una cierta inseguridad e inestabilidad, ya que no veía continuidad en todo lo que comenzaba, pues al contemplar en su conjunto todos esos intereses daba la impresión de que estaban todavía desconectados entre sí. Era como una esquizofrenia múltiple, ya que las cosas tenían una deriva a veces tan arbitraria como caprichosa y tomaban una forma sin aparente coherencia. La resolución a ese dilema sobreviene, como ya sabes, sobre el año 1985, justo en el momento en el que Juan José Gómez Molina te invita a venir a Salamanca para impartir una conferencia en nuestra Facultad y allí nos conocimos. Un punto de encuentro sin duda afortunado, pues fue el de origen de conversa- ciones posteriores que ahora convergen en Ideas K.
En cuanto a tu pregunta sobre la discontinuidad, como una especie de teoría de los «saltos» explica bastante bien la forma transversal que adopta mi vida y mi obra. Mi trabajo artístico ha sido un lugar de convergencias. Una fusión de estados, que finalmente encuentran en la escultura la forma de explicar una diseminación de sentidos. La discontinuidad a la que
te refieres, como algo que se sitúa entre la percepción de la forma y la superficie como piel, he de precisar que tiene en lo táctil —más que en lo pictórico— su respuesta. Lo táctil era algo que el minimalismo ortodoxo
no llevaba demasiado bien, pues conducía la atención del espectador al
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