Page 192 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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Díaz-Casariego
Conferencia de Unamuno en
el Ateneo, con Gregorio Marañón, Manuel Azaña, Clara Campoamor, Isidoro Vergara, Antonio Dubois, Luis de Tapia y Luis Jiménez de Asúa Fotografía, publicada en Mundo Gráfico (7 de mayo de 1930) Ministerio de Cultura y Deporte. Archivo General de la Administración. FONDO ALFONSO- 048946
1 Azaña, Manuel, Obras completas, edición de Santos Juliá, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Ministerio de la Presidencia, 2007, vol. 7, p. XXVII.
2 Notas de su diario, escritas en París en 1911 y 1912, en OC, vol. 7, p. 249. Como quiera que muchas de las obras de Azaña, y en particular sus diarios y discursos, han sido objeto de diversas ediciones, solo se precisará aquí la localización de los escritos me- nos conocidos o inéditos hasta la pu- blicación de las Obras completas cita- das en la nota precedente.
MANUEL AZAÑA MANIFESTÓ UN SOSTENIDO INTERÉS POR
la historia, realizó algunas apreciables aportaciones al conocimiento de esta y procuró, de modo explícito, fundamentar históricamente su propia ac- ción política. Sin que hoy lo tengamos por tal, aquel escritor y político reunía cualidades intelectuales que, al decir de su biógrafo Santos Juliá, “podrían haber hecho de él un gran historiador”; a saber: “curiosidad sin límites, gusto por los documentos, capacidad y método de trabajo, lecturas sin tasa”, así como una “agudeza para discernir los problemas centrales de una época sin perder de vista la complejidad de su entramado”1. Vamos a espigar, en lo que Azaña escribió y dijo, elementos que nos ilustren sobre su visión de la historia, con especial atención a aquellos más relacionados con su actividad pública.
Tempranamente expresó su malestar por la imagen de la historia de España transmitida a través de la enseñanza: un pasado mitificado y añorado, cuyo eje era el tiempo de los Reyes Católicos y de los Austrias. En su primera intervención pública de carácter político, la que con el título El problema español realizó el 4 de febrero de 1911 en la Casa del Pueblo de su ciudad natal, Alcalá de Henares, aludió a los “tópicos de nuestra gran bisutería histórica” y afirmó: “En torno a aquella época, de aquellas ideas, de aquellas luchas, mal entendidas, absurdamente interpretadas, se ha hecho girar la inteligencia de muchas generaciones de españoles, como si no tuvieran otra cosa que hacer sino echar de menos el pasado y aguardar su regreso por ensalmo”. Poco después, hacía esta anotación en su diario a propósito de la fomentada tendencia a sentir orgullo por nuestro pasado: “¿Por qué has de fundar tu engreimiento personal en una historia en la que no has tomado parte y que ni siquiera conoces?”2.
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AZAÑA HISTORIADOR?
LA FUNDAMENTACIÓN HISTÓRICA DE SU ACCIÓN POLÍTICA
Feliciano Páez-Camino Arias Historiador
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