Page 292 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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5 Martín Sánchez, Isabel M.a, “La caricatura política durante la II Re- pública: El Debate, El Siglo Futuro y Gracia y Justicia”, Brocar. Cuadernos de Investigación Histórica, Logroño, núm. 34, 2010.
distas posiblemente están “un poco incomodados”: “Lo que no quiero es que lo achabacanen todo”, comenta el 16 de diciembre de 1931. Pero tam- bién que en otros apuntes de su dietario habla de sus relaciones con los periodistas, a los que en ocasiones, intenta influir: “Llamo a Chaves, de Ahora, y a Cacho, de El Sol, y procuro infiltrarles algunas ideas para la in- formación de sus periódicos” (6 de mayo, 1932).
‘Las vacaciones de Azaña’
Muy estudiado ha sido el papel del caricaturismo y la prensa satírica de derechas en la demonización de la figura de Azaña. Ya se ha analizado con detenimiento la manera en la que sus enemigos utilizaron el medio de la caricatura, sobre todo en cabeceras como La Traca y Gracia y Justicia, don- de sus apariciones prácticamente triplicaban a las del resto de políticos re- publicanos, según ha detallado Isabel Martín Sánchez5 . Pero se han estu- diado menos las apariciones más ‘personales’ de Azaña en los medios de comunicación de la época, centradas en su vida y su figura, y que sin duda también contribuyeron a la creación de una determinada imagen del polí- tico. Por supuesto, no son tan numerosas como la presencia permanente de Azaña en la picota conservadora, pero sí son significativas de la existencia de un relato ‘alternativo’, que pretende dibujar un retrato diferente de su personalidad, mucho más moderno y personal, y desarrollar conceptos más innovadores: sus aficiones, su gusto por lo popular, su amor por el teatro, su carisma personal.
Efectivamente, el periodismo de los años 1930 se caracteriza por propiciar un acercamiento más sentimental y emocional a los hechos, especialmente por la influencia de la radio, cuya competencia hace que los diarios escritos apuesten por nuevas formas narrativas más arriesgadas y por darle un sitio relevante a lo emocional.
Así, destaquemos algunos reportajes que la prensa dedica a Azaña incidien- do en su faceta personal, y entrando en consideraciones que hoy día podía- mos definir como propias de la ‘prensa del corazón’, pero que en su mo- mento aparecían en medios prestigiosos. Destaca, por ejemplo, la llamativa, incluso para nuestros días, portada de la revista Estampa del 17 de septiem- bre de 1932, que abre con una fotografía a toda pagina (marca de la iden- tidad gráfica de la cabecera, de indudable modernidad) con el titular “Las vacaciones de Azaña”, y una foto en la que este aparece junto a su mujer, sentado sobre un pretil más alto, con un ademán divertido, impropio de la imagen de ‘ogro’ que dibujaba ya la prensa de derechas, pero también ines- perado para un político que odiaba a los periodistas en general, y especial- mente en lo referente a su vida personal.
En el interior, el reportaje sobre el tema anunciado se desarrolla en cuatro páginas que se acompañan con fotografías de las vacaciones de Azaña, en
Azaña años 30: popularidad y cultura de masas 291



























































































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