Page 399 - Azaña: Intelectual y estadista | eBook
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mexicano, poeta, diplomático, miembro de prestigiosas instituciones como El Colegio Nacional. En este volumen, cuenta sus días en España como representante de México y no podía faltar en esta narración la descripción de la figura de Manuel Azaña:
Poco favorecido físicamente por la naturaleza, Azaña no se imponía a la alta estimación de que era digno sino por su palabra y su pensa- miento. Escritor de vigorosa personalidad, hombre de bien digerida cultura, orador sin rival en su tiempo y ejemplo de lo mejor que en la tribuna parlamentaria haya tenido España, era, sin hipérbole, un tipo de excepción. La relativa oscuridad de su vida, su labor silenciosa en el negociado de un ministerio, su aspecto huraño, propio de quien está acostumbrado a no deslumbrar a primera vista, lo mantenían en la penumbra, así como en segunda fila de los políticos en boga; pero quienes lo trataban de cerca y conocían el tesoro de cultura e inteli- gencia de que era poseedor sabían que Azaña era una fuerza y una esperanza. Era el hombre nuevo, no contaminado de prevaricaciones ni engañifas, libre de compromisos turbios y de transacciones opor- tunistas. Parecía algo pocas veces visto en la política española de los últimos tiempos, un hombre capaz de fundar una doctrina y de mar- car un rumbo20.
Los años sesenta se iniciaron con una fecunda producción azañista. Cipria- no de Rivas Cherif escribió el Retrato de un desconocido. Vida de Manuel Azaña, cuya primera edición apareció en 1961, en la editorial Oasis. Tam- bién en este año apareció Historia de la Segunda República española, por Víctor Alba, catalán, periodista, que llegó a México en 1947. Entre los capítulos de su libro está la “Euforia tricolor”, donde cuenta que don Ma- nuel declaró a la prensa: “Sería una ingenuidad esperar algo de las eleccio- nes. Ahora, Azaña y sus compañeros se encontraban con que la ingenuidad del pueblo les ponía la República en las manos”21.
En este 1961, además, la editorial Joaquín Mortiz publicó El jardín de los frailes de don Manuel Azaña, conmemorando los cuarenta años del inicio de su aparición en la revista que dirigió el propio don Manuel, La Pluma. No fue mera coincidencia. Muchos años antes, Enrique Díez-Canedo le pidió a Azaña un libro para la colección Cuadernos Literarios que fundaron él y Alfonso Reyes. Entregó La novela de Pepita Jiménez (1927). El exilio trajo a don Enrique y a su familia a México. Uno de sus hijos siguió el oficio de editor, Joaquín, que trabajó para una editorial en donde la presen- cia del exilio español fue fundamental y exitosa, el Fondo de Cultura Eco- nómica. Como dueño de aquella editorial publicó la obra mencionada de Azaña.
En 1966 apareció el primer tomo de las Obras completas de Manuel Azaña, compilación, disposición de textos, prefacio, prólogo y bibliografía de Juan
20 González Martínez, Enrique, La apacible locura. Segunda parte de “El hombre del Búho, Misterio de una vo- cación”, México, Cuadernos Ameri- canos, 1961, p. 115.
21 Alba, Víctor, Historia de la Segunda República española. 1931-1939, Mé- xico, Libros Mex, 1961, p. 115. Este libro consigna dos fechas de edición. En la página legal y en la portada interior, que este libro es de 1960. En el colofón, que se imprimió en mayo de 1961, y en el lomo, este mismo año.
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