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de reproducción y compilaciones únicas sin pedir nada a cambio.
¿Cómo podríamos descubrir y aprender sobre nuevas canciones y bandas, en un océano ingente de música, si no fuera por los curadores de música online o por los DJ que buscan y escuchan miles de canciones al día?
¿Cómo aprenderíamos sobre la historia de muchos artistas si no fuera por los DJ de la radio que nos proporcionan el contexto, la historia, las anécdotas y toda la información relevante sobre los eventos en los que participan nuestros artistas favoritos?
La curación musical surgió inicialmente en
los años setenta y ochenta en las casetes de mezclas creadas por los usuarios; más tarde evolucionó a mediados de los noventa con DJ innovadores y productores musicales, como José Padilla18, que comenzó a producir con gran éxito recopilaciones de música comercial que reunían tanto a artistas conocidos como desconocidos
y emergentes bajo un tema o un estilo común (por ejemplo, el Café del Mar19 o Buddha Bar CD series20 y su gran éxito a lo largo de los años).
Posteriormente, les siguieron muchas nuevas discográficas especializadas en géneros musi- cales bien definidos e impulsadas por la idea de cultivar y reunir lo mejor de un estilo musical específico.
Muchas estaciones de radio privadas hacen lo mismo. Curan la música de nuestro tiempo.
Pero consideremos también la librería de propie- dad privada (CityLights21, en San Francisco) que se centra en nuestros géneros y autores favori- tos, o la tienda de discos de vinilo en línea que nos ayuda a encontrar viejas y raras joyas que
ya no se localizan en ningún otro sitio (Music- Stack22). Ambas recopilan y curan, haciendo más fácil que el profano descubra, aprecie y aprenda sobre una música con la que de otro modo nunca se habría tropezado.
Tomemos Wikipedia como ejemplo. Puede que no sea el recurso de información más fiable
para algunos temas, pero es difícil negar que
es un gran ejemplo de curación de contenidos colaborativo de forma abierta y distribuida («crowdsourcing») que muchos de nosotros hemos navegado, consultado y referenciado con éxito.
Consideremos los grandes eventos internacio- nales como TED, LeWeb, SXSW, así como otros más pequeños, organizados localmente, donde los curadores de eventos, los exploradores de talento y los expertos en temas específicos encuentran laboriosamente a individuos que tienen grandes ideas e historias que contar y los reúnen para que las compartan y presenten públicamente.
El trabajo de curadores en línea como Maria Popova o Dave Pell estimula nuestro interés y nuestra curiosidad descubriendo grandes ideas e historias de autores y libros de todo tipo, o simplemente con las noticias del día.
Fijémonos en el trabajo de curadores en línea como Maria Popova (BrainPickings23) o Dave Pell (NextDraft24) y en cómo estimulan nuestro interés y nuestra curiosidad descubriendo gran- des ideas e historias de autores y libros de todo tipo, o simplemente con las noticias del día.
Tomemos organizaciones independientes como TrendHunter25 o Trendwatching26, que estudian y analizan el océano de datos generados por
los consumidores para extrapolar, anticipar y predecir cuáles serán los cambios clave y las innovaciones que están a la vuelta de la esquina.
Consideremos todas las actividades de comercio electrónico y compras en línea. Según una encuesta reciente del Pew Research Center a adultos estadounidenses, cuando se trata de comprar en línea, algo más de siete de cada diez clientes obtienen asesoramiento de personas que conocen (77%) o consideran muy importante poder leer las críticas publicadas en línea por
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Cultura inteligente: Análisis de tendencias digitales