Page 38 - Anuario AC/E de cultura digital 2017
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que colaboran de forma real con el pueblo. El es- píritu de compartir y las iniciativas reales en línea están cobrando cada vez una mayor relevancia y dando resultados realmente positivos.
El potencial de Internet como herramienta de colaboración está impulsando una nueva era en el desarrollo, el crecimiento y la productividad de las personas. Una nueva era en la que la colabo- ración está modificando las reglas de juego entre las empresas, las instituciones, los Gobiernos, los artistas, los músicos y la gente. En este terreno surgen iniciativas que están impactando sobre- manera en la forma de crear y consumir música. De hecho, ocho de los diez vídeos más vistos en YouTube tienen relación con la música y muchos de ellos han nacido de creaciones de usuarios desconocidos que remezclan, cortan y pegan, crean y co-crean nuevos productos basándose
en los materiales existentes y creados por los artistas. La cultura del remix tiene un peso cada vez mayor en la industria musical, como siempre ha ocurrido entre los músicos, pero por primera vez está abierta a la creación y la creatividad de la gente y de los usuarios de la Red.
Como señala Alejandro Piscitelli, «el contenido no solo ha de basarse en la originalidad, también en la transformación de lo existente. En la idea del remix: tomo, mezclo y subo, contenidos que, por otro lado, también pueden tener un alto grado de innovación y talento». Recordando a Manuel Castells: «mucho de lo que nos sorprende de Internet deriva de las cuatro culturas que ayudaron a su creación: la tecnocientífica, que da transparencia a Internet; la hacker, que se funda en el valor de la creatividad, la generosidad de sus miembros y el respeto a los pioneros; los emprendedores, y las comunidades virtuales,
que son las encargadas de dar voz a cualquier persona, sean cuales sean sus intereses. Estos elementos dan a Internet una transparencia que choca con las estructuras básicas de la sociedad y que deben adaptarse a esta nueva realidad como, por ejemplo, la propiedad intelectual (remix y free culture)».
En todo del mundo miles de personas están creando cosas nuevas a partir de lo que ya existe. Para favorecer esta cultura del remix surgen iniciativas interesantes a lo largo de todo el pla- neta. Una de las de mayor éxito, sin duda, son las licencias Creative Commons, que apoyan a los creadores en la difusión de sus trabajos cediendo algunos derechos a quienes los consumen y les permiten defender, al mismo tiempo, una cultura libre dentro de las amenazas del copyright abusivo. Por tanto, crece la demanda de licencias alternativas que se presten a la cultura del remix, como la ya citada Creative Commons o Colabo- ratorio Platoniq, una organización donde interac- túan profesionales de la cultura y desarrolladores de software.
La demanda de licencias alternativas que se presten a la cultura del remix ha crecido, como Creative Commons o Colaboratorio Platoniq, una organización donde interactúan profesionales de la cultura y desarrolladores de software.
La apertura es algo más que herramientas y contenidos, es la cultura de lo digital y la cultura de compartir. En otras palabras, la cultura de las almas libres, en términos de Joi Ito. Aunque an- tiguo, es recomendable la descarga del libro The power of open, que conmemora los diez años de libre intercambio a través de licencias Creative Commons. Algunos de los proyectos musicales que vemos en el libro son los siguientes:
Caso de DJ Vadim
En la búsqueda de inspiración y nuevos talentos, Vadim utiliza ccMixter, una comunidad dedicada a la remezcla musical, para permitir que otros productores descarguen sus pistas bajo licencia Creative Commons y las reediten a su gusto. Tres mil personas han descargado las propuestas de Vadim en ccMixter y han creado más de quinientas nuevas mezclas. Según Ben Dawson, que trabaja para la compañía discográfica de DJ Vadim denominada Organically Grown Sounds
EL MERCADO DE LA MÚSICA EN DIGITAL · ROBERTO CARRERAS
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