Page 98 - Anuario AC/E de cultura digital 2017
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junto a su esposa Hanna el Instituto del Cerebro y la Creatividad, combinando esta actividad con sus clases de psicología en la Universidad de Southern California. Sus estudios han sentado las bases de la neurociencia, que a día de hoy to- davía se encuentra en su etapa más embrionaria. Libros como La sensación de lo que ocurre, El error de Descartes o En busca de Spinoza establecieron los principios que todos los neurocientíficos han utilizado como piedra angular de sus trabajos.
Algunas de sus conclusiones, como «Las imá- genes que experimentamos son construcciones cerebrales provocadas por un objeto, y no reflejos especulares del objeto» o «Las emocio- nes preceden a los sentimientos» (En busca de Spinoza, capítulo 2: «De apetitos y emociones») fueron nuestra inspiración a la hora de crear NeuroCulture.
Siguiendo la inspiración de Damásio, empezaron a realizarse cientos de experimentos entre elementos audiovisuales y neurociencia, dando lugar a líneas de investigación neurocientíficas de muy distinta naturaleza, como el neuromárke- ting, las experiencias cognoscitivas o la gimnasia mental para trastornos como el obsesivo-com- pulsivo o el déficit de atención.
NeuroCulture nace para dar objetividad
al hecho artístico, como una herramienta que permita a las instituciones culturales cambiar sus estrategias a la hora de medir el rendimiento y la eficacia de su actividad.
Muchas de ellas llamaron nuestra atención y comenzamos a buscar todos los trabajos que se habían realizado aunando el arte con la medición y decodificación de los impulsos neuronales; sorprendentemente, había pocos. Lo primero que localizamos fue una experiencia pionera
en Suiza que buscaba analizar las diferentes percepciones de una obra de arte en un entorno segmentado por razas humanas. Para nosotros fue apasionante descubrir que el laboratorio más avanzado del mundo, el CERN, tenía un programa de artistas en residencia con músicos,
escritores, bailarines y creadores contempo- ráneos, algunos especializados en procesos matemáticos y neurocientíficos, cuya función residía en inspirar a los ingenieros en la búsqueda de soluciones creativas y «out of the box», con el fin de plantear las bases científicas de sistemas nunca antes concebidos.
También tuvimos constancia de la publicación de un artículo en la revista Frontiers in Human Neuroscience sobre algunos experimentos realizados por un equipo de la Universidad
de Houston y patrocinados por la Fundación Menil, con el fin de medir la actividad cerebral en contexto, como una especie de huida de los entornos asépticos y controlados de laboratorio. José Luis Contreras-Vidal y su equipo buscaban conocer los niveles de activación por géneros, por edades, etc. y pensaron que en un contexto expositivo los resultados serían mucho más ricos que frente a la visión de un elemento audiovisual en el laboratorio, buscando la realimentación en un entorno más real y por lo tanto no comple- tamente controlado.
Estos y otros referentes nos inspiraron para crear NeuroCulture, que en sí mismo no estaba concebido como un estudio de laboratorio, sino como una herramienta que permitiese a las instituciones culturales cambiar sus estrategias a la hora de medir el rendimiento o la eficacia de su actividad.
Neurociencia en España
La neurociencia se encuentra en España en sus albores, aunque mucho más desarrollada en el entorno universitario, donde destacan el máster en Neurociencia de la Universidad Complutense, el doctorado en Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona o el trabajo realizado en la Sociedad Española de Neurociencia. Hay también algunos institutos que tienen diferen- tes proyectos de investigación, como el de la Universidad de Granada o el Basque Center on Cognition, Brain and Language, así como todo
  LA INTERSECCIÓN ENTRE ARTE Y NEUROCIENCIA · XIMO LIZANA
Cultura inteligente: Análisis de tendencias digitales



















































































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