Page 100 - Anuario AC/E de cultura digital 2017
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«cognoscitivo aprendido» o adquirido es el verdadero caballo de batalla de la neurociencia, así como la relación entre las estructuras y zonas neuronales en contacto con las áreas de conoci- miento del ser humano y la lingüística.
Igualmente, todo lo referente a la comprensión y a cómo el cerebro interpreta los inputs externos y los asimila dentro de su propia red de oscila- ción neuronal, gestionando ese conocimiento adquirido.
Esta dinámica cerebral no solo sienta las bases de la percepción, sino que acota otras estructu- ras asociativas, como las propias del lenguaje, la asociación entre ideas y todo lo relativo a la constitución de una topografía cerebral.
Los estudios más recientes han denominado como «funciones transitorias» la unión de muchas variables neuronales, asociadas por «li- gamiento por sincronía» dentro de la estructura neuronal de actividad eléctrica del cerebro. Esto permite el intercambio de impulsos desde dife- rentes áreas del cerebro que condicionan toda nuestra experiencia contemplativa de la obra de arte así como de su entorno. Por esta razón, para tratar de medir la respuesta cerebral frente al arte, es indispensable que la diadema neuronal
o EEG esté instalada justo encima de los puntos (regiones cerebrales) que deseamos analizar para generar procesos promediados donde la informa- ción del primer impulso de la contemplación de la obra nos permita extraer la mayor cantidad de datos de utilidad para la decodificación de
la emoción. La coherencia en la utilización
de los sensores de registro marca el punto de rigor científico en toda la fase de captación de datos. Aunque también es importante analizar el comportamiento en ambos hemisferios para ver el nivel de sincronía y de actividades en las diferentes áreas del cerebro.
La combinación de metodologías nos permite una mayor precisión a la hora de analizar la expe- riencia y la utilización de tecnología inalámbrica (wireless) y sirve para que la experiencia sea lo
más natural posible, lo que se denomina «entorno ecológico», que luego se coteja frente a una experiencia simétrica realizada en laboratorio.
Para medir la respuesta cerebral frente
al arte, es indispensable que la diadema neuronal o EEG esté instalada justo encima de los puntos (regiones cerebrales) que intervienen en las emociones durante la contemplación de la obra.
La modularidad de la tecnología EEG es casi ilimitada: las tecnologías no invasivas están sufriendo una auténtica revolución a escala global, saliendo de los laboratorios e integrán- dose en entornos más naturales y amigables, en lo cual han colaborado de forma muy activa la tecnología wireless o avances como el sensor seco (anteriormente los sensores tenían que ser adheridos a la piel mediante un gel conductor).
Además, gracias a la irrupción de las ténicas de análisis de Big Data, es posible limpiar, procesar y convertir volúmenes de datos en algo fácilmente comprensible, un proceso que hace solo unos años era inasumible.
Pero es que, con estos avances, adicionalmente se abre la puerta a nuevos niveles de consciencia de la humanidad a nivel interno y de proyección de la interioridad hacia el exterior o incluso de amplificación del sujeto por medio de sistemas biotecnológicos que nos conducen a un nuevo nivel de consciencia y de comprensión de nues- tro entorno, así como de nuestra interioridad.
Se está trabajando con éxito en torno a la trans- misión de mensajes por medio de estos sistemas a través de Internet; de hecho, ya se ha logrado transmitir algunas palabras por medio de la red entre dos diademas EEG. En el entorno médico se están dando avances espectaculares, sobre todo en lo referente a la recuperación de la atención en problemáticas neuronales, pero también en otros campos como el márketing, el coaching, la seguri- dad o el wellness se está alcanzando una precisión desconocida hasta el momento.
LA INTERSECCIÓN ENTRE ARTE Y NEUROCIENCIA · XIMO LIZANA
Cultura inteligente: Análisis de tendencias digitales