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estas disciplinas ha ganado un reconocimiento
creciente y ha recibido un apoyo institucional
significativo. La proliferación de programas
culturales, académicos y de investigación, junto
con la incorporación de enfoques artísticos en
iniciativas científicas y tecnológicas, evidencia
un cambio de paradigma en el que las prácti-
cas creativas se integran de manera activa en
los procesos de innovación, contribuyendo a
enriquecer la mirada sobre los desafíos con-
temporáneos. Estamos en el momento actual
transicionando desde una fase de máxima
aceleración en la transformación digital hacia un
cambio social radical derivado de exponentes
claves como la nueva inteligencia artificial. La
intersección entre arte, ciencia y tecnología es,
por tanto, un espacio fértil para el debate y la in-
novación cultural, y un ámbito que ha permeado
hacia otros campos que hace tan solo unos años
parecían distantes, como las ciencias básicas o
las industrias tecnológicas. Por otro lado, hoy en
día, aquellas prácticas que nacieron en el seno
del New Media Art han conseguido adquirir más
relevancia y se interrelacionan de manera fluida
con las corrientes más amplias del arte contem-
poráneo, generando un ecosistema creativo más
diverso, rico, relevante y social.
El arte se ha ocupado con frecuencia de los
desarrollos sociales. Un análisis crítico de la
naturaleza de las cosas, de las relaciones y de la
observación del contexto o del medio ambiente
ha formado parte inherente del arte. Es una
forma de ver, pensar y reflejar el mundo en el
que vivimos. En su afán por conocer los rincones
inexplorados de la naturaleza, nuestra civilización
contemporánea nos ha llevado a reflexionar
sobre las transmutaciones del pensamiento y a
reconocer la complejidad de los sistemas. Es en
este deseo donde el creador se acerca a otras
disciplinas en busca de la precisión, de la certeza.
La precisión de disciplinas tales como las mate-
máticas o la física ofrece no ya metáforas, sino
hechos mensurables, con una medida correcta.
Cabe preguntarse cómo hemos llegado a este
estadio culturalmente.
El acto de imaginar, el fluir de la mente y los
distintos estados propios del impulso creativo
se relacionan con los sucesos del mundo. El
escritor y pensador John Berger, junto con el
autor Michael Ondaatje, aborda estas cuestio-
nes en un encuentro promovido por la Lannan
Foundation en 2002. La conversación tiene lugar
en la casa de Berger, en la región de Alta Saboya,
Ródano-Alpes. Allí discuten sobre escritura,
narrativa y, en general, sobre el proceso creativo.
Reflexionan juntos sobre el misterio del origen
de las ideas, coincidiendo en que una primera
señal surge en un instante determinado, abrién-
dose paso y cobrando cuerpo en el discurso. En
la mente, explican, es como una llamada de aten-
ción, una súplica. Al principio, puede tratarse de
una circunstancia breve y efímera, pero pronto
se desarrolla como un evento o un objeto más
complejo.
Los dos autores, ambos de gran influencia,
esbozan una definición del germen de una idea.
Esta noción podría extrapolarse a otros ámbitos,
no solo de la literatura o el pensamiento, sino
también de la ciencia. Tendemos a asociar la
creatividad científica con el desarrollo de mo-
delos y teorías, especialmente cuando estos son
trascendentales y de relevancia universal. Sin
embargo, la aparición de la primera idea, de la
pulsión inicial, se manifiesta a través de una serie
de eventos, a menudo inconexos, que gradual-
mente se configuran en pautas conscientes. Este
proceso, aunque frecuentemente invisible, es
igualmente fundamental en la ciencia, pues en
sus fases más tempranas, la idea es apenas un
hilo que se extiende entre fragmentos de obser-
vación, intuición y azar, hasta que, finalmente,
toma forma en una estructura coherente. La
creatividad, en este sentido, se encuentra menos
en la conclusión final que en la capacidad de
conectar esos fragmentos dispersos y transfor-
marlos en algo nuevo. Además, este proceso no
ocurre en el vacío; está imbuido de un contexto
social, donde las ideas no solo buscan el avance
técnico o el conocimiento, sino que también
tienen la responsabilidad de contribuir a la
transformación del entorno que las rodea. El
Convergencias creativas: arte, ciencia y tecnología, y sociedad en transformación
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