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incluyendo más parámetros de control y per-
mitiendo extraer objetos 3D de las escenas
generadas.
En esta carrera sin pausa por innovar en el sector
audiovisual, cada aplicación intenta sorprender
con nuevas funciones. Es el caso de Kling. Tiene
el modo Virtual Try On, donde cualquier prenda
de ropa la podemos integrar en un personaje.
Showrunner va más allá y se postula, según sus
creadores, como el Netflix de la IA. No solo es
una web para ver contenido creado con inteli-
gencia artificial. El siguiente paso es que sean
los suscriptores de la plataforma quienes puedan
crear sus propias series de televisión.
La compañía de videojuegos Electronic Arts
también trabaja en un entorno que permita a
los usuarios crear sus propios títulos con unas
simples instrucciones de texto. Y otros dos ac-
tores importantes en la industria del videojuego,
Nvidia y Ubisoft, trabajan en un sistema de res-
puestas dinámicas. El proyecto, bautizado como
Inworld y todavía en fase de pruebas, permitiría
desarrollar conversaciones con lenguaje natural
con los personajes no jugables de un videojuego.
Inworld, de Ubisoft y Nvidia.
La era del medio infinito
Cuando llegamos al final de un buen libro, una
buena película o una serie de televisión, cuanto
más satisfactorio haya sido el viaje, mayor es el
vacío emocional. Por el contrario, si la conclusión
nos decepciona, hay un anhelo por imaginar
cómo habría sido de otra manera que, según
nuestros gustos o nuestra visión del mundo, nos
habría llenado más. La IA generativa podría suplir
ese vacío o deseo. Estamos a las puertas de que
cualquiera sea capaz de escribir una nueva no-
vela de un autor favorito ya fallecido o producir
una película de una saga ya finalizada y que sea
tan fácil como pedirle a ChatGPT o Midjourney
que generen un cuento corto o un paisaje foto-
rrealista. Es la era del medio infinito.
Estamos a las puertas de que cualquiera sea
capaz de escribir una nueva novela de un
autor favorito ya fallecido o producir una
película de una saga ya finalizada.
El proceso creativo lleva tiempo, atado a limita-
ciones humanas de las que carece la inteligencia
artificial. Ni se bloquea, ni necesita descansar
ni requiere de grandes presupuestos. Bajo
demanda, podría producir historias sin límites
de Star Wars o Harry Potter y cuando llegue
ese momento cambiará la forma de consumir
contenidos. Acudiremos a una plataforma,
bajo demanda o no, y hará lo que pedimos. La
interferencia humana dependerá de las variantes
narrativas que propongamos al sistema. Las
ramificaciones son exponenciales. Y si los auto-
res son compensados por estas obras de usuarios
anónimos, sería una fuente interminable de
ingresos. Por ejemplo, un Marvelverse de pago
entrenado con todo lo producido por Marvel
Comics en su historia (cómics, cine, televisión y
videojuegos) donde, por una suscripción men-
sual, los auténticos fans puedan crear a su antojo
sin tener que esperar semanas, meses o años por
un nuevo capítulo, entrega o juego favorito.
La mención de franquicias multimillonarias no es
casual. Hollywood mantiene 114 sagas activas. Y
en 2024, ocho de las diez películas más taquille-
ras8 pertenecían a nuevos episodios de universos
cinematográficos.
8 https://www.fotogramas.es/noticias-cine/
a60357621/peliculas-mas-taquilleras-2024-taqui-
lla-mundial-espana-eeuu/
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