Page 106 - Barbieri. Música, fuego y diamantes
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BARBIERI. MÚSICA, FUEGO Y DIAMANTES
Portada y página de partitura de la zarzuela Entre mi mujer y el negro, 1859. BNE [cat. 93].
El valor de la Princesa de Luzán de Pan y toros como el de Catalina, que en reali- dad es una reina, en Los diamantes de la corona, o el de la Marquesita del Barberillo es de puntualizar: cada una está dispuesta a sacrificar su amor, su interés personal por su país, matizando así la declaración de la Marquesita hablando de Floridablanca como «¡el hombre que la patria necesita!».
Los temas históricos –o seudohistóricos– no solo están de moda en España. El gusto es compartido en toda Europa entre otras razones porque emerge una nueva clase social, el pueblo, cuyo papel en el teatro lírico es esencial, y por aquel afán de conocer la historia de cada pueblo, o de cada país, y así entender mejor la actualidad a la luz de épocas remotas. Es lo que pretende Víctor Hugo cuando escribe en 1843 en el prefacio de Los Burgraves: «El teatro debe hacer del pensamiento el pan del pueblo»10. A través del pan, símbolo tan fuerte que encontramos también en el tí- tulo de la zarzuela de Barbieri y Picón, el pueblo adquiere un protagonismo activo. Numerosos actos, hasta convertirse en criterio estructural, empiezan por un número coral muy elaborado en el cual personajes anónimos cobran una importancia nueva. Pensemos en los ciegos, los vendedores que inician Pan y toros, las costureras del Barberillo a las cuales Barbieri regala un numero magistral, de un lirismo tierno y
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Victor Hugo: Les Burgraves. Préface: «Le théâtre doit faire de la pensée le pain de la foule», 1843.