Page 205 - El arte del poder
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guarnición. La identificación de los brazos también plantea problemas porque esta tipología y decoración es común a varios arneses de la colección. Por su parte la armadura de Sísara ha sido muy fielmente representada, permitiendo la identificación y descripción de elementos actualmente perdidos66.
La armadura a la romana de Bartolomeo Campi sirvió de nuevo como modelo hacia 1635 del Alarico, rey godo de Jusepe Leonardo, perteneciente al Museo del Prado67 (fig. 57). El cua- dro fue hecho para la serie de los reyes godos del palacio del Buen Retiro. En él fue representada con fidelidad en lo rela- tivo a la forma y a sus piezas y elementos decorativos, pero no en cuanto al tratamiento de sus superficies. El mascarón de la hombrera fue pintado completamente dorado, pero sobre todo destaca el color verde de la armadura, simulando un aspecto broncíneo alejado de la realidad, pero que le confiere un car- cácter clásico y arqueológico.
La Real Armería y la decoración de los palacios reales
No podemos dejar de apuntar la estrecha relación existente entre la colección de la Real Armería y la decoración de los palacios reales. Galerías de retratos como la de El Pardo o la de la clausura del convento de las Descalzas Reales, de don- de proceden dos de los cuadros de la exposición (cat. 56 y 57), son fundamentales para entender este tipo de pinturas. A ellas debemos sumar la decoración del Alcázar y sobre todo la pin- tura encargada en el siglo XVII para las diferentes estancias del palacio del Buen Retiro. De los dieciséis cuadros de gran for- mato que decoraban su Salón de Reinos, doce representaban armaduras en consonancia con el carácter militar de la sala68. Entre ellos se encontraban retratos ecuestres de gran impor- tancia como los de Felipe III y Felipe IV (figs. 58 y 59) por Velázquez, o la Recuperación de Bahía de Brasil de Juan Bau- tista Maíno, cuyas armaduras no se han podido identificar. Una parte importante de las pinturas analizadas procede de estos espacios, por lo que la trascendencia simbólica de la armería ligada al poder de la dinastía traspasaba los muros del edificio que la albergaba. Dicho edificio jugó un importante papel como delimitador del entorno del Alcázar cerrando la principal plaza de acceso. Era por tanto un lugar de paso obli- gado en el que las visitas y embajadas podían contemplar la gloria militar de la monarquía. Los retratos basados en un reducido número de armaduras emblemáticas de la colección, permitieron que los monarcas encontraran en ellos un recor- datorio permanente del poder dinástico a través del recuerdo de sus antepasados y de sus hechos de armas.
this type and decoration is common to several in the collection. Sisera’s armor is depicted very faithfully and even allows us to identify and describe lost elements.66
The Roman-style armor made by Bartolomeo Campi was again used as a model in about 1635 for Alaric, Gothic King by Jusepe Leonardo in the Museo del Prado67 (fig. 57). The painting was executed for the series of Gothic kings in the Buen Retiro palace. It is a faithful reflection of the form, pieces, and decorative elements of the armor, but not of the treatment of its surfaces. For one thing the mask on the pauldron is completely gilded in the painting. But above all, the armor is a shade of green, simulating a bronze-like finish that was out of keeping with reality but gives it a classical and archaeological appearance.
The Royal Armory and the decoration of the royal palaces
Mention should also be made of the close relationship between the Royal Armory collection and the decoration of the royal palaces. Portrait galleries such as those at El Pardo and the cloister of the convent of Las Descalzas Reales, from which two of the paintings in the exhibition come (cat. 56 and 57), are essential to understanding works of this type. We should also consider the decoration of the Alcázar palace and, above all, the paintings commissioned in the seventeenth century for the various rooms of the Buen Retiro palace. Of the sixteen large paintings that adorned its Hall of Realms, twelve depicted armors, in keeping with the military flavor of the room.68 They included highly significant equestrian portraits such as those of Philip III and Philip IV by Velázquez (figs. 58 and 59), and the Recapture of Bahía by Juan Bautista Maíno, which feature armors that it has not been possible to identify. A substantial part of the paintings analyzed hail from these places, and the significance of the Armory as a symbol of dynastic power can thus be said to have surpassed the walls of the building that housed it. This building played an important role in delimiting the surroundings of the Alcázar palace, as it occupied one side of the main square outside its entrance. It was therefore a compulsory place of passage where visitors and embassies could contemplate the military glory of the monarchy. The portraits based on a small number of emblematic armors from the collection provided monarchs with a permanent reminder of dynastic power through the memory of their ancestors and the military feats of the latter.
204 la real armería en el retrato español de corte


























































































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