Page 126 - El poder del pasado. 150 años de arqueología en España
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FIG. 1
El diseño de los proyectos
es fundamental para todo
el proceso de investigación arqueológica, desde el trabajo
de campo a la publicación y
la generación de patrimonio.
Dos vías complementarias
que articulan, a su vez, una preferencia por la investigación
y otra por la conservación, en el sector académico y en el de la administración y las empresas ( según M. Carver, Archaeogical Investigation. Londres–Nueva York, Routledge 2009 : 360 ).
  RECURSO ARQUEOLÓGICO
   RECONOCIMIENTO
EVALUACIÓN
DISEÑO DE PROYECTO
   PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN TRABAJO DE CAMPO ANÁLISIS
PROGRAMACIÓN DE GESTIÓN DE RECURSOS CULTURALES
CONSERVACIÓN ARCHIVO
  PUBLICACIÓN
RESULTADOS ACADÉMICOS
 RESULTADOS PÚBLICOS
  a promover el cuidado y valoración del Patrimonio Ar- queológico a través de asociaciones como las de «ami- gos de la arqueología». Finalmente, no hay que olvidar que arqueología, naturaleza, cultura y turismo son ele- mentos que se potencian mutuamente y que se valora- rán cada día más en la sociedad futura.
Formación y deontología profesional
Es evidente que los avances en la arqueología han con- ducido hacia una complejidad creciente en la forma- ción del arqueólogo a causa del aumento de informa- ciones y datos, de los campos de estudio y especialización y de las nuevas técnicas de análisis. A medida que avanzan los conocimientos, se requieren estudios más profundos sobre una realidad cada vez más compleja. Este hecho exige una creciente especia- lización, que solo se alcanza con una formación cada vez más práctica, sólida y continua. Por ello, es cada día más necesaria una coordinación entre universidad, centros de investigación, museos y servicios de excava- ciones y de patrimonio. La atomización actual es con- traproducente para los arqueólogos, las instituciones y la sociedad. Por otra parte, la especialización creciente requiere una formación amplia para superar los ries- gos que entraña esa especialización y para facilitar el cultivo de la interdisciplinaridad. Al margen de los nuevos medios de información existentes, ver mucho, leer mucho y viajar mucho siempre han sido las claves
de una buena formación, cada vez más necesaria en el mundo global.
Una formación profesional seria requiere asimi- lar sólidos principios éticos y valores profesionales, pues son el índice del desarrollo y maduración de la profesión, hecho muy olvidado en nuestra arqueología. Por ello, hay que exigir una creciente atención a la ética profesional, pues su carencia es el más grave obstáculo para su desarrollo. Sin caer en la ingenuidad de que el mundo futuro va a ser perfecto, es lógico suponer un progresivo aumento de estas preocupaciones profesio- nales, a medida que se desarrolle la cultura y las exi- gencias que esta conlleva. Es evidente la creciente pre- ocupación por la ecología o por el Patrimonio Arqueológico, como contra toda manipulación política e ideológica en el campo científico. Del mismo modo, hay que evitar clientelismos parásitos, que en nuestro contexto social tanto distorsionan la selección de los más capacitados y el destino objetivo de las dotaciones para excavaciones e investigaciones, por encima de in- tereses personales o de grupos, con evidente perjuicio para la sociedad.
Por ello, hay que atenerse a los Principios de Bue- na Práctica Arqueológica, que indican cómo se debe comportar un arqueólogo respecto a los recursos y a los datos y en su relación con los colegas y con el público, por lo que estas normas de conducta facilitan un des- empeño más eficaz de la profesión, al permitir utilizar mejor los recursos que la sociedad pone al servicio de la arqueología.
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El poder del pasado: 150 años de arqueología en España
SECTOR COMERCIAL
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