Page 147 - Glosario imposible
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Fracaso
147 el que nos hemos estado moviendo estos últimos once años. No nos hemos librado de la precariedad, pero sí hemos sido muy conscientes de nuestros límites y horizontes.
Así, empezamos hablando de “proyectos”, como projecte3*/EspaiDer3*3, con los que aprendimos que los procesos en los que una se implica respetando los ritmos, necesidades y momentos de las personas que le acompañan y del contexto y las situaciones en las que se inserta, desdibujan todos los formularios y textos que se puedan escribir a priori. Aprendimos que para construir espacios porosos de producción colectiva de sentido
en un territorio nuevo debíamos compartir nuestros saberes y hacer explícitas de entrada nuestras inquietudes, principios y deseos; el caso
es que projecte3*/EspaiDer3* se inició en un contexto que no era nuevo para algunos de los miembros de LaFundició. Con projecte3*/EspaiDer3* propusimos a una comunidad educativa construir un espacio de aprendizaje autogestionado que pudiera hacer visibles los límites y las posibilidades
de cambio del sistema escolar; para repensar la educación se inició una investigación arqueológica sobre la institución-escuela al tiempo que se ponían en práctica otros modos de entender el aprendizaje y la construcción colectiva de conocimiento.
projecte3*/EspaiDer3* no discurrió por ninguno de los caminos que imaginamos, nos sumió en una deriva durante la que tuvimos que dar respuestas contingentes. Esta deriva estuvo marcada en muchas ocasiones por la frustración, pero nunca por la sensación de fracaso, a pesar de que nada salió como esperábamos y que un año de trabajo en el Institut Joanot Martorell de Esplugues de Llobregat se convirtió en tres años de lucha por hacer posible algo que nunca llegó a realizarse o, quizás sería mejor decir, que no se dio en los términos que nosotras esperábamos: la propuesta contemplaba la construcción por parte de los y las alumnas de un espacio para la autoformación en el propio centro educativo; la historia se complicó cuando de la teoría se pasó a la práctica y esa propuesta se materializó en los tres módulos de una vivienda prefabricada conseguidos por Santiago Cirugeda, del estudio de arquitectura Recetas Urbanas. A esos módulos
los acabamos llamando el “caramelo envenenado”, según una expresión acuñada por la jefa de estudios del centro, porque su llegada al instituto desató todos los prejuicios y recelos hasta entonces ocultos, e hizo patentes
3. <Ver www.projecte3.pbworks.com/w/page/19064465/FrontPage>.


























































































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