Page 154 - Glosario imposible
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Roger Bernat y Roberto Fratini
iba a cuestionar las diversas interpretaciones que damos a la noción de fracaso. Considerábamos que, en el marco del dispositivo de participación, la indiferencia, la negativa a participar, incluso la no-participación eran productoras de sentido tanto como la auto-movilización del colectivo “motivado”. El fracaso del proyecto en sí o para sí sería un éxito absoluto, poética e ideológicamente, en relación al proyecto-para-documenta .
¿Cómo puede la indiferencia del público potencial (que es espectador y actor a la vez) producir sentido? Y ¿existe la posibilidad de un fracaso si una obra participativa busca producir fricción, discusión y conflicto?
Si queríamos que The place of the Thing tuviera alguna utilidad tenía que ser un fracaso. Y por ello los colectivos que se encargaron de despedir la piedra de porexpán lo hacían conscientes de que se trataba de una gran broma. No había heroísmo en su actuación, si acaso una despreocupada indiferencia, genuina expresión de la ironía. Celebrando la despedida de la piedra estaban encarnando el mito del sur indignado. El mundo del arte y Alemania en particular buscaban en Grecia la sinceridad de sus gentes, la verdad de la miseria y, se encontraba en cambio con un cuento chino.
Y en efecto, que la réplica de la piedra de los juramentos vagara huérfana por Atenas durante el mes de abril, pese a proclamarse toda contemporánea y akasselada, no dejaba de ser un fracaso para nuestro proyecto y un éxito ideológico para el proyecto en su relación con Kassel. Decía más sobre la postura de los griegos que mil alegatos escritos, filmados o encolados.
El peligro de esta edición de documenta era precisamente que los visitantes de la feria, conscientes de ir a “aprender de Atenas”, acabaran siendo “turistas que se sirven de la ilusión de los indígenas como de un puente para alcanzar el mito, que luego, cuando ya no necesitan, destruyen tras de sí”1 —uso la fórmula que utilizaba Marsé hace más de 50 años para referirse
a los turistas que visitaban España—. No había puente que tender entre Alemania y Grecia, si acaso denunciar, como ya apuntábamos en uno de los primeros textos del proyecto, la ideología por la que los pobres de todo son ricos en verdades; y que tales verdades pueden consumirse de la forma moral y culturalmente balsámica del documento.
1. Juan Marsé, Últimas tardes con Teresa, Seix Barral, Barcelona, 1966.
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