Page 156 - Glosario imposible
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Roger Bernat y Roberto Fratini Fracaso
sería más correcto”, como una “juerga indefinida entre artistas, colectivos o individuos impulsados por un amor cínico a la broma reveladora, a
la simulación medio verídica, al mot d’esprit y a la verdad impura, que solo producen documentos bastardos, impresentables, inservibles, ambivalentes”. Me interesa hablar de esa aparente contradicción. ¿Por qué llamasteis “fracaso” esta reacción del público de Kassel? ¿Cuál debería haber sido la reacción adecuada para no hacer fracasar la obra?
La segunda piedra llegó a Kassel convertida en un mito. Los diversos colaboradores balcánicos del proyecto habían tejido las historias y habían representado con la más afilada ironía el fantasma que el visitante de documenta estaba esperando proyectar en los “esforzados colectivos atenienses”.
Una vez en Kassel, el plan era desplazar la piedra hasta el Thingplatz histórico que se encuentra a las afueras de la ciudad. Allí, en el lugar donde las tribus del medievo alemán se habían reunido al abrigo de unas piedras, teníamos que enterrar nuestro pedazo de porex. El Thingplatz histórico
y los anfiteatros griegos habían sido la inspiración para que el régimen nazi representara los Thingspiele, la forma más extrema de teatro de participación. Al fin y al cabo, con su millón de visitantes, la documenta 14 era también un gran teatro de masas en el que celebrar el mito de la identidad. Para ello íbamos a necesitar la complicidad del colectivo por antonomasia durante la documenta : su público. Pero, para qué engañarse, la misma noción de público representa la amortización definitiva, en tiempos de infocapitalismo, de toda posibilidad de una identidad colectiva genuina. La noción de público tiene algo extraordinario: permite reafirmar que ninguna colectivización de la identidad puede ser sino ficción. Por eso el público de Kassel no conoce más forma que esa endeble “comunión mística” que es el culto totalmente fantasmal al concepto de Cultura.
Un público demasiado atareado reafirmando certezas que, frente a una piedra falsa que pretendía ser verdadera, frente a unos escolares que pretendían ser un tribunal, frente a unos culturistas de fitness club que pretendían ser héroes de la patria y frente a unos artistas atenienses que pretendían ser un colectivo de refugiados LGBT, solo quería mantener su identidad de público. El público de la documenta 14 solo quería ser público de la documenta 14. Firmemente convencido de ser la conciencia crítica de Occidente se olvidó de que, tomando
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