Page 155 - Glosario imposible
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Fracaso
Hubo un momento complicado en el proyecto cuando un colectivo LGBT de Atenas intentó sabotear la obra al secuestrar la copia de la piedra, que les fue confiada para realizar parte del traslado. Este conflicto podría haber marcado el final natural de la obra, pero decidisteis seguir la coreografía con una segunda copia de la piedra. ¿Por qué seguís
con la copia, a sabiendas que esta decisión iba a provocar el reproche de toda una comunidad artística que os acusó de así restarle a la obra todo significado crítico?
Algunos artistas celebraron que hubiera un colectivo que se lo tomara en serio y “robara” la piedra confiriéndole así un valor “real”. Esa piedra bastarda que había sido comprada, vendida, prestada, ignorada —que había servido para todo y para nada—, se convertía finalmente en símbolo de una lucha “verdadera” y por ello mismo en objeto “real”, en “obra de arte”, el sueño mojado del artista kasseliense. Lo que no habían entendido esos artistas celebrando la “acción real” del colectivo LGBT era que, creyendo en la “verdad” no solo estaban avalando la más pueril de las ideologías identificadoras norte-sur, sino que, afirmando que la acción real era políticamente más eficaz que la ficción, estaban abrazando supuestos profundamente reaccionarios y radicalmente contrarios a la reivindicación del colectivo mismo.
Nada, según la lógica de estos críticos y artistas sedientos de simbolismo
y escándalo, hubiera sido más glorioso para el proyecto que darlo por terminado en ese momento. Pero The place of the Thing no tenía intención
de inscribirse en la lógica del arte sino en la del teatro, donde los objetos son máscaras, copias múltiples y sin valor que cobran sentido en manos de los actores, y donde el éxito se mide en la capacidad de decir mentiras. La lógica del arte se basa en revertir en éxitos simbólicos los fracasos de hecho, la
del teatro es cumplir el fracaso, haciéndolo fracasar a su vez. No concibe su éxito, su victoria de Pirro, sino a través de este fracaso al cuadrado, que hace que el verdadero rostro del fracaso sea seguir fracasando.
Tras la estancia en Kassel de esta segunda copia, decidisteis abortar el proyecto: hablasteis de “fracaso” cuando observasteis que el público de Kassel “fue participando sin reservas” en vez de percibir la obra, “como
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